Soy artista. Trabajo desde casa, habiendo convertido una de las habitaciones en un estudio. Trabajo principalmente con vidrio y cristal, haciendo tallas y grabados. La única regla inquebrantable en casa es la de no entrar en el estudio. Esto no se debe a mi temperamento artístico ni a que me guste hacer alarde de mi autoridad. Hay razones bastante sólidas para esta regla. En primer lugar, el vidrio y el cristal son afilados, y no quiero que los niños jueguen con objetos afilados. Lo mismo ocurre con mis herramientas. Algunas son bastante afiladas. Además, una pieza terminada es cara y relativamente frágil. Está mal visto estrangular a un niño pequeño por dejar caer y romper una talla de cristal que vale varios miles de dólares. Las autoridades no parecen entender que se trata de un homic

