Pov Vladimir Siento como el sudor me recorre la piel; desde el cuello, hasta la parte baja de mi abdomen. La camisa está tan empapada que se adhiere más y más a mí cuerpo logrando que los músculos sobresalgan de la tela Twill que llevo puesta. Mis sienes arden con furia y mis venas parecen hacer una hoguera con la sangre que las recorre. —¿Quienes eran los hombres que estaban de guardia? —pregunto calando el habano que tengo en mi boca y tratando de simular una calma que no tengo. Mis ojos, que hace un momento estaban perlados en un hermoso color ámbar, están tan oscuros que parecen marrones. Mantengo la Glock en mi mano izquierda, (es zurdo). Mientras siento como el fuego me recorre la piel, las venas y llegan hasta mis ojos que se vuelven dos llamas difíciles de apagar. Estamos af

