—Agradezco su declaración —dijo la mujer que llenaba el registro de datos del incidente en la estación de policía a la que había sido llevado Antuán Caballero—. En algunos días recibirá un citatorio para que se presente ante el juzgado para que podamos solucionar su situación pacíficamente. Luego de que Antuán llegara a la delegación, Roberta lo había hecho también y, ante la declaración del hombre, llamaron a la madre del hombre para que respaldara la historia de este o la negara y, al saber que él no había secuestrado a la niña, y con la declaración de su suegra, a Roberta no le quedó más que aceptar que todo había sido una confusión de su parte por la preocupación que tenía por no saber nada de su hija. La rubia se había enterado de la estadía de su suegra en el hospital luego de qu

