Jetro enojado, furioso por la gran mentira no podía creer lo que había dicho, mentirle sobre su edad fue muy bajo incluso para ella, él realmente creyó que la ayudaría si estaba de su lado y si había una boda de por medio, pero todo fue tan absurdo y estaba pasando todo tan rápido que tan pronto como lo pensó mejor, se dio cuenta que era un gran error, a toda costa lo era, no solamente se trataba de un matrimonio en sí, era algo que él consideraba que era para toda la vida, fue muy estúpido e improvisado y ganó fuerza muy rápido, y ahora de la misma manera y con la misma rapidez que una estrella fugaz todo había ha terminado.
Era vergonzoso y humillante regresar a casa sin prometida y con una absurda historia sobre que era falso que era menor de edad, pero también era vergonzoso consigo mismo reconocer que pese a no tener ningún tipo de sentimiento por ella se sintió tentado a besarla, acariciarla y eso no lo podía explicar, pero ahora estaba tan furioso que lo único que quería era estar solo.
Aunque antes tenía que hablar con su madre y disculparse con ella, no con su padre, consideraba muy dentro de él que cualquier enojo o mam rato que su padre haya pasado por la idea de una boda apresurada se lo merecía, así que solo regresaría a casa hablar con su madre y luego se alejaría lo suficiente hasta que fuese el día de la boda de su hermana.
Tan pronto como llegó a casa se detuvo en la entrada y se bajó, algo que no era muy habitual pero Jetro quería hacerlo, tenía que hacerlo, moralmente estaba obligado a bajarse en la entrada y disculparse por la manera en la que les había hablado a las personas de seguridad, puesto que a pesar de ser todos ellos empleados para su padre, Evelyn siempre les hizo ver que eran personas con un trabajo lo que los hacía igual de dignos que ellos, igual de respetables e igual de merecedores de un buen trato, por lo que con estos valores calando muy dentro de él se bajó de su auto y las reunió todos por un par de minutos.
–quiero disculparme directamente con todos los que fueron víctimas de mis... de un mal como comportamiento de mi parte, fui grosero, fui... Son cosas que no volverán a pasar y quiero agradecerles por el excelente trabajo que hacen día tras día. A ninguno de ellos en realidad llegó a ofender lo suficiente para creerse merecedores de tal disculpa, por lo que se limitaron a sentir con una sonrisa que fue genuina ya que él sus hermanos y sus padres siempre habían sido personas gentiles y agradecidas con ellos, pero con el interés único de aclararlo salió un valiente entre la multitud.
–Señor. –dijo el jefe de turno que se encontraba en ese momento. –Todos aceptamos sus disculpas, aunque debo aclara que no es necesario, ya que... –mira a su alrededor y todos asintieron. –todos tenemos un mal día de vez en cuando. Así que... gracias. –dijo con un sonrisa.
Fue algo teatral tanto la disculpa como la respuesta, pero era necesario, para Jetro lo era.
Evelyn aún con el pasar de los años a pesar de tener una gran fortuna con su nombre siempre siguió siendo ella misma, no solamente con Miriam que fue la persona más cercana a ella desde un principio, sino con todo el personal de la casa, incluso con los de seguridad.
Era el tipo de persona que preguntaba a cada uno de ellos sobre su día, su familia, su estado emocional del momento, era el tipo de persona que se preocupaba si alguno tenía algún tipo de problema legal, económico o cualquier tipo de problema que pudiera tener, siempre se esmeraba en ayudarlos, ser parte de la solución más no del problema y su hijo sabía esto, así que sabía que aunque él no se lo dijera y nadie admitiera que lo haría en algún momento el tema saldría y se enteraría, no solamente era deber moral sino precaución contra la ira de su madre, ya que pese a que Evelyn era una persona muy bondadosa y muy paciente al ser madre de dos varones y una niña, quien su padre consintió a toda costa sin límite alguno de dinero o de oportunidades, ella tuvo que ser la parte dura en el fuerte, tuvo que ser quien ponga los límites y no siempre se veía tan bonita de mal humor, no para sus hijos.
Al entrar a la casa su padre estaba con su hermana en el jardín, ensayaban la tan ansiada, esperada y dulce entrada nupcial, no solamente era consentida e inteligente era perfeccionista y con sus carreras a punto de surgir todos tenían un tiempo limitado, tiempo en el que iban a planear metódicamente la boda para que todo fuese perfecto.
Todos habían tomado un par de semanas libres para la boda de Alaia, ya que su carrera en neurocirugía empezaba a hacer un poco tediosa y pese mucho a lo mucho que amaba lo que hacía sabía que con la perfeccionista que era no podía dedicarse a las dos cosas al mismo tiempo.
De la misma manera Jetro, quien también está preparándose para ser el mejor cardiólogo no solo el país sino del mundo, tuvo que declinar por el momento su carrera por su hermana.
James ama lo que hace, ama la idea de ayudar a niños ya que tuvo una experiencia muy cercana y estuvo a punto de adoptar uno a los 18 años, pero afortunadamente aunque él no pudo adoptarlo, el pequeño fue adoptado por unos amigos cercanos, por lo que puede ver al pequeño y estar al pendiente de él, y ahora ama su carrera porque si bien su prima Dalia puede ayudar cuidando al pequeño ya que fue un trato entre los dos, él siempre defenderá su caso ante los tribunales y pues se prometió jamás permitir que le vuelva a pasar nada, y en tanto pudiera, a ningún menor.
Todos tienen su carrera en pausa, todos tienen un pendiente que hacer, todos tienen un trabajo que cumplir, pero lo dejaron de lado excepción de Leah, quien no estará en la boda o por lo menos no está confirmado hasta última hora, ya que su trabajo definitivamente no le permitiría dejarlo por un par de semanas y Alaia lo entiende.
Jetro pese a ver a su hermana y a su padre caminando, afortunadamente para él, de espaldas a él, apresuró su paso y entró en la casa, a la única persona que esperaba ver a su madre, lo último que quería era tener que darle explicaciones a su hermana de, ¿por qué discutió con su padre?, ya que ella solía ser muy insistente en cuanto a respuestas.
–Qué bueno que te veo. –apareció James saliendo del pasillo del jardín.
–En este momento no tengo ánimos de discutir de nada, lo siento. –dijo pasando de él, pero James se encargaría de que eso no sucediera y la tomó por el brazo.
–Quiero hablar contigo de algo importante, necesito hablar contigo. –dijo tajante.
–¿Y tiene que ser ahora? –preguntó mirando su reloj, aunque esto era más como para fingir tener prisa por ir a algún lugar, aunque en realidad el tiempo no era el problema, solo no quería hablar con nadie únicamente con su madre, disculparse y regresar a su departamento.
–Estoy saliendo con alguien y... –carraspeo algo nervioso, su hermano distante era un poco intimidante incluso para él, era como ver a su padre en una versión más joven, lo cual era extraño, ya que él era idéntico a su hermano, pero en su hermano podía ver a su padre más no en el mismo.
–Felicidades, supongo que está bien... No lo sé, ¿qué esperas?, ¡mi aprobación! –preguntó frunciendo el celo, se veía molesto, cansado, y hasta aburrido, lo cual simplemente enojó aún más a James.
–lo digo simplemente porque tal vez podrías conocerla y espero que entiendas que si yo salgo con alguien, aún si la conoces, soy yo quien sale con ella. –dijo, y Jetro asintió algo desconcertado, no entendía las palabras de su hermano, ya que él no era claro, y no hablaba de nada en específico.