Asentí y respiré profundo un par de veces. Una señora de edad mayor abrió las puertas para nuestro ingreso, sin mirarla crucé el espacio entre la acera y el piso lujoso de la casa para ir directo a la sala principal, en donde los señores Donovan esperaban impacientes.
-Así que esta hermosa mujer es la que robó el corazón de mi primogénito –dijo aquel imponente hombre
-Señor Donovan, señora, es un placer poder conocerlos al fin –saludé con la amable cortesía de Kayla
-Rasmus Donovan, es mi nombre –añadió aquel hombre orgulloso –y la hermosa mujer a mi lado, es mi esposa Hilde –se vanaglorió –Mi hijo ha sido muy reservado con usted señorita Bondue, apenas hace pocos días nos enteramos de su compromiso, tenía una relación muy reservada para ustedes, pero está bien, me alegra que por fin pudo sentar cabeza y tener una futura esposa tan bella como usted –me miró de pies a cabeza
-Gracias –estaba incómoda con esta actuación, pero tenía que parecer segura
-Y este es tu pequeño Nolan, es más grande de lo que pensé –admitió –Debo reconocer que no me gustaba la idea de que usted tuviera un hijo de otro hombre, pero dadas las circunstancias, si mi hijo es feliz con usted, debo aceptarlo, debe ser un niño muy educado, he escuchado de sus dones de inteligencia –anunció interesado
-Es un lamentable suceso de mi vida pasada, pero es mi hijo –que Kayla hablara de esa manera me irritaba, pero debía soportarlo
-Reconozco que es usted una madre responsable y sus dotes de contadora le vendrán muy bien a la empresa familiar –dijo aún más interesado
-Padre, hablamos de eso –Tuck lo reprendió
-Lo sé Tucker, harán su vida lejos de aquí, pero deberían reconsiderarlo, empiezo a creer que tu boda es sólo para salir de casa.
-Sabes que no padre, estoy enamorado de esta increíble mujer.
-Lo sé hijo, pero es difícil aceptar que después de 25 años a mi lado harás una vida lejos de mí –esas palabras sonaban falsas, o con algo extraño detrás
-Lo siento padre, pero mi futura esposa y yo necesitamos nuestro espacio después de la boda –declaró
-Por supuesto, y no les he negado ese derecho –dijo resignado –Señorita Kayla, se lleva un gran hombre como esposo, debo resaltar, pero le diré algo, estoy deseoso de un nieto pronto, soy viejo y quiero ver crecer a mi familia.
-¡Padre! –exclamó Tuck
-Sabes lo que pienso, ya estás en edad de ser padre, no sé cómo has esperado tanto tiempo, cinco años de noviazgo perdidos, ya debería tener más de un nieto.
-Querido, déjalos en paz, todo a su tiempo –dijo la señora para defendernos
-Querida, yo a su edad ya era padre de dos hijos, se está quedando atrás –la reprendió
-Será mejor que dejes ese tema por la paz, el almuerzo está listo. Después del viaje seguramente nuestros visitantes estarán hambrientos –dijo la señora para dejar el tema de lado
Arribamos al comedor para disfrutar de un rico y nutritivo almuerzo, el padre de Tuck parecía un hombre muy estricto, su madre por otro lado era una madre comprensiva y amorosa.
Después del almuerzo y una charla con los padres de Tuck, subimos en el automóvil de nuevo que nos llevaría a la primera actividad del día: elegir el salón de bodas.
Visitamos muchos hermosos y lujosos lugares, unos más simples que otros, hicimos tiempo para ir a comer, por supuesto en un lujoso restaurante.
El padre de Tuck disfrutó tanto la comida que mandó llamar al chef Philip Figgalo. Esperaba sin duda ver un hombre mayor, más experimentado, pero aparentaba quizá algunos 23 años de edad, lo miré anonadada, como tanto talento venía de alguien tan joven, jamás hubiera imaginado la calidad de alimentos que podía preparar, haciendo que un hombre tan exigente como el señor Donovan pidiera felicitarlo personalmente.
El chef me sonrió amable y sonreí también discreta y asintiendo, en ese momento deseaba tanto ser yo misma para poder agradecer también y preguntarle cómo es que hacía platillos tan exquisitos.
Probablemente algún día podría volver siendo sólo yo, así nada me impediría hablarle y hacerle saber mis inquietudes, además no era un hombre feo, al contrario me parecía bastante atractivo, pero debía disimular, ahora mismo Kayla estaba justo frente a él.
Nos levantamos de la mesa una vez que el chef regresó a la cocina, tomamos nuestros abrigos en la puerta con el hombre que nos había recibido y subimos de nuevo al automóvil con Albert.
Mis piernas estaban cansadas de tantos lugares que habíamos recorrido, pero estaba más enfadada de tener que fingir tanta emoción por el salón de bodas que quería salir corriendo de cada lugar. Pero aquí estaba, soportando tantos comentarios del señor Donovan, quien siempre encontraba un defecto en cada espacio “Este no es el ideal, tiene esto” siempre un solo pequeño e insignificante detalle le parecía desperfecto para la boda de su primogénito.
El cielo se oscureció, la luna ocupó el lugar del sol y las estrellas el de las blancas y tersas nubes. Llegamos de nuevo al restaurante en el que habíamos comido por la tarde, se veía más elegante de noche con todas esas luces encendidas y tantas personas distinguidas.
Tomamos un lugar nuevo y tras unos minutos en la mesa ordenamos por fin la cena. De nuevo el señor Donovan pidió llamar al chef para felicitarlo por su trabajo, “mi nuevo restaurante favorito” lo llamó él después de una larga charla con el joven Philip.
Agotada llegue a casa de los padres de Tuck, aún sin ganas debía quedarme a charlar un rato en la sala principal con la familia Donovan, Candace se había unido a la familia esa noche, lo que hizo mi noche un poco más amena.
Llegó la hora de ir a dormir, Iván no estaba cerca, quería escuchar lo que había hecho durante el día y cómo estaba tras dejarlo tanto tiempo solo, me importaba, ese pequeño había logrado llamar mi atención y mi cariño en tan poco tiempo de haberlo conocido, y el sentimiento era mutuo, así que tener que ser Kayla y Nolan era más difícil, tuve que hacerme a la idea que no lo vería hasta el desayuno por la mañana, no tenía otra opción.
Temerosa subí a la habitación con Tuck, el tener que compartir un espacio tan personal con un hombre desconocido me hacía sentir insegura y realmente incómoda, sin otra opción entre en su habitación, era un espacio muy grande, una cama, una pequeña sala, un sofá-cama, un escritorio bien equipado, un baño enorme con una tina que lucía muy relajante.
-Descuida, no haré nada que tú no quieras –anunció Tuck
Suspiré y sonreí. Mi equipaje ya estaba en la habitación, y sin más, entré en el baño tras pedir permiso a Tuck de darme un baño relajante en la tina.
-No tienes que pedirlo, si lo quieres hazlo, estás en tu casa a pesar de no ser Kayla.
Esas fueron las amables palabras de aquel hombre. Me tardé más de lo previsto en el baño, me había relajado tanto que había perdido la noción del tiempo. Salí y Tuck estaba en ropa interior a punto de asomarse por el inmenso balcón.
-Lo siento, no sabía que… -cubrí mis ojos de inmediato estaba avergonzada.
-Está bien, fue un descuido de mi parte, debo ser más discreto con esto. Pensé que te habías quedado dormida en la tina –admitió
-Lo siento, es que fue tan reconfortante y relajante estar dentro de una tina llena de agua caliente que perdí la noción del tiempo –me sentía más avergonzada al admitirlo
-No tienes que disculparte Sarahí, tomate tú tiempo, que seguramente extrañas ser tú –sonrió
Es cierto, ese había sido el día más largo de mi vida y Kayla lo había ocupado al cien por ciento, extrañaba ser yo, sin tanto maquillaje y sin tanta caracterización, me sentía libre.
-Dormiré en el sofá-cama, puedes usar mi cama –anunció Tuck
-Creo que sería más prudente si usas tú la cama. Después de todo, esta es tu casa.
-De ninguna manera, te dejaré usarla, yo estaré bien en el sofá-cama –insistió. Me miró de manera incómoda
-Yo… ¿tengo algo malo? –pregunté tímidamente
-Por supuesto que no, es sólo que verte a ti me parece extraño, eres muy bonita Sarahí, ojala no tuvieras que ser Kayla. Eres una joven maravillosa y con sólo tratarte ayer sin tu personaje me bastó para conocerte. Pero no te avergüences, es bueno, será más fácil para mí verme enamorado -admitió
-Yo… -me ruboricé
-Está bien, no digas nada –sonrió victorioso
Se acercó a mí lentamente, me empezaba a sentir bastante incómoda en ese espacio cerrado con aquel hombre desconocido bastante mayor que yo, sus marcados músculos y su piel bronceada me intimidaban. No era un hombre feo, pero era bastante mayor para mí, no aparentaba sus 25 años, parecía cerca de 5 años menor, y seguramente era por sus actividades deportivas que seguramente eran extenuantes, los músculos lo delataban.
-Quisiera saber algo. ¿Puedo? Es algo personal –pregunté para desvanecer la incomodidad del ambiente
-Adelante, pregunta lo que quieras –dijo relajado
-¿Cómo es que no te has casado aún? Cualquier mujer estaría feliz de tener a un hombre como tú, con ese físico y esa personalidad –agaché la mirada al notar mi indiscreción
-Gracias por notarme –sonrió –es difícil conocer a la mujer perfecta con una vida tan ocupada, la empresa de mi padre requiere de mucho trabajo, y paso la mayor parte de mi día en una oficina, en reuniones con inversionistas, y siempre con mi padre tras de mí. El ejercicio es lo único que me mantiene cuerdo, es mi oportunidad para tener algo de tiempo libre, el gimnasio sólo admite hombres por lo que es complicado conocer mujeres que puedan llenar mi vida vacía.
-¿Cómo es que justificaste conocer a Kayla? –pregunté curiosa
-Viaje de negocios, visité muchas veces la ciudad en la que comenzaste a practicar tu personaje. Es una suerte tener que viajar infinidad de veces.
-¿Y en tantos viajes no has conocido a la mujer perfecta? –quizá estaba siendo muy indiscreta
-Cuando tu padre tiene su propio avión es difícil, los aeropuertos tienen un espacio exclusivo para sus vehículos aéreos y las únicas mujeres que llego a ver son viejas o amargadas. Mi padre hace la vida imposible a cualquier persona a su alrededor, no entiendo cómo es que mi madre está con él, es difícil pensar que una persona como ella encontró en un hombre tan diferente a todos, el amor.
-Algo bueno debe tener –pensé en voz alta
-No lo sé, es difícil verlo, es bastante exigente y perfeccionista, incluso regaña a mi madre muchas veces durante el día, no sé cómo es que ella lo soporta. Y yo estoy aquí, cuidando de ella, que ha elegido una vida tan difícil –suspiró
-Es por eso que no encuentras a una mujer, no quieres dejarla sola con tu padre ¿cierto? –resolví
-Es cierto, no quiero que le haga daño en uno de sus arranques de ira, es un hombre fuerte y fácilmente pierde la cabeza. Por eso es que debes ser muy cuidadosa, no puedes dejar que descubra que Kayla no existe –me advirtió y su tono era serio
-¿Y cuándo todo deba terminar? No seré Kayla por siempre ¿o sí? –pregunté asustada
-No te preocupes, después de la boda me iré lejos, dónde mi padre no pueda tenerme recluido o vigilado, así no estará más en mi vida –agachó la mirada
-¿Y todo esto es para que puedas huir de él? –intenté comprenderlo
-Es más complicado que eso, pero no puedo decir más, te pondría en riesgo, lo único que te pido es que seas cuidadosa y entres bien en tu papel frente a él.
Me sentí aterrada, dijo después de la boda, casi un mes faltaba para eso, debía fingir tanto tiempo ser Kayla y cuidar perfectamente mi caracterización para no hacer enojar a aquel temible hombre que aterraba a su propia familia.
Esa noche la intriga no me dejó dormir, en mi cabeza daba vueltas el motivo de tener que hacer este teatro frente al señor Donovan, ¿Cuál era la finalidad real de todo esto? Quizá debía averiguarlo, pero si eso me ponía en riesgo ¿qué debía hacer? Quizá jamás debí aceptar la última voluntad de aquel hombre en el hotel, pero verlo así me había tentado el corazón, ¿en qué lio me había metido? Pero lo más aterrador ¿qué hacía un niño cómo Iván en todo esto? ¿Qué persona en su sano juicio había pensado en involucrarlo?