Capítulo 52. Comienza lo mejor... pronto caerás mujer. Paulina cerró la puerta de su departamento con un suspiro largo. El sonido metálico de la cerradura fue casi un alivio; significaba que, al menos por un instante, estaba sola. Caminó hasta el sofá y dejó caer su bolso y la carpeta en él, mientras el peso de todo lo que había descubierto la hundía poco a poco. Se quitó los zapatos y los lanzó al rincón, luego se dejó caer en el sillón, llevando las manos al rostro. La carpeta se abrió mostrando el testamento en la página que tanto había revisado. Esa maldita cláusula 17 seguía golpeando su mente como un martillo: “En caso no exista un embarazo durante el matrimonio antes de los 25 años, el beneficiario recibirá solo el 30% de la herencia” Paulina tomó el documento entre las manos,

