—Randok. —corro a la puerta desesperada para cerrarla y que nadie lo vea al tipo ese en la cama desvanecido, lo miro con la espalda apoyada en la puerta.
—¿Qué estabas haciendo?.
—Yo... Ayúdame por favor. —vuelvo a la cama corriendo así lo acomodo como me dijo Alja que haga, esta en el lugar mirándome—. No digas nada y ayúdame que no lo puedo.
—¿Adalia te mandó?.
—Si, pero no pasó nada. —me subo a la cama agarrándolo de un brazo arrastrándolo mas al medio de la cama—. Esta dormido y debo dejarlo como si hubiéramos tenido algo, él debe creer que nos acostamos por eso esta así. —abre la puerta y grita.
—QUE LA REINA VAYA DE INMEDIATO A MIS APOSENTOS. —quedo de piedra cuando me agarra del brazo bajándome de la cama y me arrastra fuera.
—¿Randok, qué haces?. —llegamos a su habitación a l
