Al llegar Sandra vio dos hombres bajarse de otro automóvil, ella se asusta que su cuerpo por costumbre ante este tipo de situaciones, comienza a temblar, Héctor se baja y ve a la joven petrificada, en eso recuerda que ella tiene pavor a todo lo desconocido, imaginándose que volverá a ese sitio. —Cariño, tranquila, son las personas que contrate para cuidarnos. En especial a ti. —Es que pensé… —No temas, mientras este a tu lado no voy a permitir que hagan daño. —Y si te dañan a ti. —No lo harán. Entremos hace un poco frío. Ella se afianza de él para poder caminar, resistió estar frente a sus padres, pero solamente ella sabía cómo se sentía verlos a ellos actuar diferente, no como médicos sino como padres. Algo que ella no tuvo el privilegio de conocer, ya que nunca la trataron como una

