- El aún seguía sentado tomando del vino, voy a mi habitación, busco en el cajón los cigarrillos salgo a la playa, la brisa es fría, necesito que se lleve las lágrimas.
- ¿Joder Natalia, es enserio? - Me grita, sé que me está gruñendo por el cigarrillo.
-Alessandro, hace una hora se cumplió, ya no te pertenezco. - Agarró una canalada de mi cigarro, él se viene como una furia yo retrocedo, no sé en qué momento empecé a correr ya las gotas de lluvias caen tan fuerte, me tira al suelo con él.
-Ya cálmate. - Empiezo a pegarle el sujeta mis manos.
-Suéltame. - Le gritó.
-Sabes que esto no lo tolero, Natalia. - Dice la verme como una loca no dejo de moverme.-Mientras más intentes no podrás. - Me gruñe estamos casi que, congelándonos, sus cabellos son casadas de agua.
-Si piensas qu
