Nikolay Valgort.
Más que nadie me gustaría cambiar las cosas que perturban mi vida, borrarlas de mi memoria, pero si hago eso el recuerdo de esa chica se esfumaria y no deseo eso.
Su sonrisa, su mirada invadía mi sueños como un remolino, para luego esfumarse cuando intentaba estrecharla en mis brazos.
Porque así como la conocimos desapareció antes de que nosotros hiciéramos algún movimiento.
Muchas veces pensé que ella era parte de nuestra imaginación.
¿Pero como mi hermano y yo imaginamos a la misma persona?
Aunque no lo creo imposible, todo lo que tenga que ver con los Valgort se vuelve posible, sin embargo me niego a creer que ella fuera parte de un sueño.
—La encontré .—Levantó rápidamente mi mirada de los papeles centrandola en mi hermano Niko.
—¿Dónde? —Mi voz casi es un susurró.
—Madrid, luego de dos años damos con ella.—Me sonríe.
—¿No estás feliz hermano? —
—¿Por qué lo dices? —
—No te veo sonreír.—Se encoge de hombros.
—¿Acaso tengo que tener una maldita sonrisa para demostrar que soy feliz? —
—Tranquilo fiera .—Levanta las manos en señal de paz, maldito lo hizo para joderme —Quita esa cara hermano y relajate que eso va a hacer que te salgan arrugas más rápido.—Ruedo mis ojos levantándome dejando los papeles en el escritorio.
Ignorandolo decido actuar, llamando al único hombre de confianza.
—Vince.—digo cuando atiende la llama—Ho bisogno che tu prepari il jet, partiremo oggi per Madrid, in Spagna —
—Pronto,in un'ora sarà pronto.—Cuelgo.
—Está cursando el último año de arte y también vende algunas de sus creaciones que déjenme decirles son hermosas.—Me acerco a Niko leyendo su información—Mierda estaba bien escondida, Samara Hervet.—Saboreamos su nombre.
—Tal vez necesitamos.—Me mira sonriendo.
—Bien todo está listo, salimos en una hora—
Ya te encontramos pajarito y no te dejaremos ir fácilmente.
Horas después.
—Señor Valgort estamos por aterrizar.—Una de las azafatas se acercó agachándose demás.
—De acuerdo.—Apago mi laptop acomodándome.
Solo busca que la folle, pero ahora que encontré a mi pajarito no tocaré a nadie más.
Cada tanto observo la hora, miró a Nikolay que está igual o peor que yo, el auto se detiene y ambos nos bajamos arreglando nuestros sacos.
—¿Listo para ver a nuestro pajarito? —Sonrió mirándolo.
—Señores Valgort un gusto en conocerlos.—Nico y yo quitamos la vista de los cuadros centrandola en ellos.
Y como si todo estuviera predestinado exactamente como cuando nos conocimos una lluvia torrencial nos envuelve.
Al verla solo puedo apretar mis manos hechas puños.
El sonido de las gotas de lluvia golpeando con él techo de cristal solo hace que mi ansiedad por estrecharla en mis brazos se vuelve más fuerte.
La observamos, pero ella solo nos regala una sonrisa formal.
¿Tanto hemos cambiado?
Por un momento miró a Niko y él se encuentra con la mirada neutra.
¿Acaso nos olvidó?
Sin poder evitarlo la detallo, su piel tan blanca como un lienzo deseoso de ser pintado, su cabello como la misma sangre envuelto en una trenza que deseo tomar con fuerza, su cuerpo esbelto bien distribuido, su cintura que deseo apretar, su rostro tallado por los mismos dioses esparcidos con pequeños pecas bañandolo ligeramente, sus labios rosados en forma de corazón, sus largas pestañas, su nariz pequeña llena de pecas.
Mierda está más hermosa que cuando la conocimos.
Cuando mis ojos dan con los suyos el aliento de esfuma de mis pulmones.
—Un placer conocerlos y hacer negocios con ustedes señores Valgort .—dice lentamente, ella extiende su mano y por un momento no reaccionó —Samara Hervet para servirles.—Parpadeo varias veces aceptándola.
—Nikolay Valgort.—Mi voz sale más ronca de lo que pretendo.
—Nikolas.—Nico hace lo mismo, ambos nos miramos sin saber qué hacer.
Ella empieza a hablar, pero yo no lo escuchó, el dolor me ciega, estuvimos pensando en ella desde que la conocimos y ella ni nos recuerda.
La miro detenidamente, necesito comprobar que es falso, que solo está fingiendo. Mi mirada rápidamente se dirige hacia su rostro, en la parte izquierda de su rostro, por encima de su ceja se encuentra una pequeña cicatriz que no pasa desapercibida por mi.
Esa cicatriz no estaba allí antes.
Ella termina de hablar, mirándonos expectantes.
Me recompongo tosiendo un poco.
Veintiocho años viviendo y con su sola presencia hace mi mundo temblar.
Me gusta y me asusta.
—La compramos—
Su felicidad es clara, toma la mano del chico a su lado que todo esté tiempo se mantuvo al margen y le sonríe.
—Nuestra secretaría se comunicará con ustedes para darles el pago—
—Gracias por su tiempo señores Valgort.—Dan media vuelta alejándose una extraña sensación de soledad me alberga.
Observó cómo su rostro se volteaba ligeramente, pero vuelve a mirar al frente.
—No pudimos haber cambiado tanto ¿Verdad?—Niego mirando a Niko.
—Hay algo raro, ella juro no olvidarnos, además se que ella no tenía esa cicatriz en su rostro antes —
Empiezo a caminar con Niko detrás de mí.
Ninguno dice algo, solo nos sumergimos en nuestros pensamientos.
El frío estremece mi cuerpo, pero no soy capaz de dejar de caminar, quiero alejarme de todo, mi hermano está a mi lado en igualdad de condiciones. Solo queremos soledad.
Pero todos los pensamientos se ven interrumpidos al ver a una chica temblando del frío, su ropa pegada a su cuerpo, sus labios morados.
No logramos divisar nada más, la poca luz solo nos deja ver eso
Miro a mi hermano que no quita la mirada de ella, su cabello pegado a los lados ese tono rojizo más oscuro debido a lo mojado por la lluvia.
—¿Estás bien?—No pude evitar preguntarle.
Ella levanta la mirada hacia nosotros y por la luz de un rayo logramos
ver ese verde brillante.
—No tenía ninguna cicatriz—
—Tal vez estamos imaginando cosas.—Revuelvo mi cabello—No, no lo estamos haciendo ¿Verdad? —
—No lo sé, esto es raro, pero se que esa cicatriz no estaba—
Nos detenemos y rápidamente corren hacia nosotros con unos paraguas, empezamos a caminar seguidos de nuestros guardaespaldas.
—Quiero una explicación, no menores de aquí hasta saber que paso —
—Estoy de acuerdo contigo hermano.—Nos montamos en el auto.
El móvil de Niko suena y maldice.
—¿Si? Merda—
—¿Qué sucede? —
—Nikaela, está molesta porque no le comentamos que saldríamos de Italia, cuando la pequeña demonio quiere ser un grano en el culo, lo es.—No puedo estar más de acuerdo con mi hermano respecto a la última de los Valgort.
Ho bisogno che tu prepari il jet, partiremo oggi per Madrid, in Spagna—
(necesito que prepares el jet viajaremos hoy para Madrid, España).
Pronto,in un'ora sarà pronto—(listo y en una hora estará listo)