"Me quedo sin tiempo al caminar. Buscando un mejor lugar Hay algo en mi cabeza, algo que siempre está" Me removía con pereza en la cama, con los ojos entrecerrados por el brillo suave que se filtraba por la ventana abierta. La pantalla del teléfono seguía iluminada entre mis manos, sin ninguna notificación nueva. Ningún mensaje de él. Nail no había respondido. Estuvo en línea casi dos horas anoche y ni siquiera me dejó en visto. Eso no era normal. No en él. —Supongo que se molestó conmigo… —murmuré al aire, más para mí que para convencerme. Suspiré con pesadez, dejando el celular en mi pecho. Sentía esa punzada tonta en el pecho que se siente cuando sabés que hiciste algo mal, aunque no puedas ponerle nombre a tu error. Cubrí mis ojos con el antebrazo, intentando ahogar la inquietud.

