—Voy a confesar que me gustaría que Marie estuviera presente, ella también necesitar estar aquí y pedirte disculpas por lo de ese día, pero se cuan orgullosas puede ser, para ella dar el brazo a torcer es algo imposible. Pero yo sí lo haré, me siento mal... Cuando Mónica, tu verdadera madre... ¿Mónica? Nunca había oído su nombre, pero rebuscó más y terminó por levantarse para dirigirse rápidamente al pasillo de la casa, resulta que todo ese tiempo vio a la mujer, en aquella foto sin color. La descolgó y volvió con Leonardo para mostrarla. Ya tenía lágrimas en los ojos. Le estaba enseñando una fotografía de su madre cuando esta apenas era una jovencita, una muchacha hermosa que florecía a los catorce, antes de que ocurriera la locura. —Ella es mamá, no lo puedo creer, ¿lo es? —urgida se

