Abrí lentamente los ojos mientras la luz se filtraba a través de las puertas dobles que conducían al balcón. Al instante, mi olor favorito a canela y manzana llenó mis pulmones mientras recordaba que encontré a mi pareja ayer. Ella estaba acostada justo a mi lado, profundamente dormida. No podía creer lo afortunado que fui al encontrarla tan temprano. Esperaba al menos cinco o diez años más, pero esto es verdaderamente una bendición. Además, tener a Luna solo hace que la manada sea más fuerte. Significa que puedo convertirme en un Alfa más fuerte con ella a mi lado. Diosa, sueno como mi madre, pensé, rodando los ojos. Eso la haría feliz. Sabiendo que no somos la manada más grande del mundo, quiero asegurarme de que podamos defendernos por nuestra cuenta y Alaia podría ser la clave.

