El dulce sabor del deseo

21- Suicidio profesional

SIETE

Para cuando regreso al área principal, el espectáculo de Jessy apenas comienza. Sube al escenario acompañada de un golpeteo. Su delineador de ojos, sus labios carnosos pintados de rojo burdeos intenso. Como es de esperar, el trozo de tela que le había visto meter en su mochila ahora se extiende sobre esos pechos perfectos del tamaño de la palma de mi mano y sobre su cintura tonificada y diminuta. Lleva un body n***o de tanga que parece más un traje de baño de una pieza que había perdido una batalla con una trituradora de papel. Tiras de tela con borlas se extienden por su musculoso trasero mientras se pavonea por el escenario. Una vez más, como siempre, estoy clavado. Junto con todos los demás humanos con un par de ojos en el edificio.

Intento mantenerme pegado a la pared del fondo y observar mi entorno en lugar de ver el espectáculo. Después de todo, necesito estar atento a Troy. Pero no puedo apartar la vista de ella. No cuando comparte el mismo aire que yo. Troy lo sabe. Yo lo sé. Y le rezo a Dios que Jessy no lo sepa.

Si que me gusta esta mujer. Y no es porque lleva ropa que parezca pre-desgarrada ni porque se especializa en usar hilo dental entre las nalgas. Esas son las últimas cosas que importan de ella.

No quiero pensar más en esto. Intento distraerme con pensamientos sobre mi negocio y lo que vendrá después ahora que le he enviado el contrato a Chico. Una vez que me devuelva el contrato firmado, comenzaremos inmediatamente con el primer encargo. Algo seguro: una sesión de “niñera” en mi apartamento o algo similar. Hasta que pueda determinar cuándo es seguro ceder completamente su protección a otra persona, seguiré en el trabajo. Byron no se ha atrevido a aparecer recientemente, pero eso no significa que no lo hará. Y los hermanos de Jessy todavía quieren protección a tiempo completo durante al menos un mes más una vez que encuentre su propio lugar, hasta que la amenaza pueda ser reevaluada desde su nuevo apartamento.

Jessy se gira rápidamente alrededor del tubo y los billetes de dólar llueven. Cada vez que mi mirada vuelve a su rutina se posa allí, me obligo a revisar mi teléfono o concentrarme en otra cosa. Troy aparece justo después de que ella abandona el escenario. Él y yo tenemos la misma altura, pero parece el fornido leñador de mi vibra de corte limpio. Desde que dejó el ejército, luce barba en varias etapas de crecimiento e incluso tiene toda una colección de franelas.

Esta noche, lleva jeans oscuros y una camisa gris abotonada, logrando el equilibrio entre guardaespaldas fuera de servicio y leñador fuera de lugar en la ciudad con su barba espesa y oscura.

Nuestras miradas se encuentran al otro lado de la sala, y el niega con la cabeza hacia mí con los ojos entrecerrados. Lucho por contener una sonrisa. Se dirige al bar inmediatamente, y mientras se apoya en él, recibo un mensaje de texto suyo.

Troy: Un maldito club de striptease.

Siete: Te dije que no quería que me juzgaras.

Troy: Porque estás a punto de enviarme a una búsqueda de tu novia stripper, ¿verdad?

Siete: No es mi novia.

Troy: Eso suena como un sí a mi misión. Voy a conseguir una doble y daré una propina del 200%. Disfruta de la cuenta más tarde.

Jessy se queda cerca del frente del escenario, haciéndose la tímida con algunos hombres diferentes. Necesito incluir a Troy en su agenda antes de que se llene. Veo al dueño, Brandon, dirigiéndose al salón principal frente al escenario con la tableta en la mano. Le hago señas antes de que se pierda entre la multitud.

—Oye, amigo. ¿Alguna posibilidad de reservar un espacio VIP en la agenda de Zafiro? — Casi dejo escapar que es mi amigo, pero lo pienso mejor. No quiero que Jessy descubra que he enviado a alguien a ponerla a prueba. Ni siquiera se supone que debe preocuparme, y mucho menos desearla como yo lo hago.

—Si, eres el primero en elegir. ¿Cuándo quieres entrar? —

—Solo ponlo bajo de Troy— digo, dando el nombre legal —El siguiente disponible está bien—

Brandon llena el espacio en la tableta, luego le paso los billetes necesarios para finalizar la reserva.

—No se lo menciones a Zafiro, si puedes evitarlo— añado. Que descubra que he enviado a un amigo será el peor de los casos; pero que descubra que yo he conseguido un espacio en primer lugar planteara demasiadas interrogantes. —Es una especie de sorpresa—

—No hay problema. Encantado de hacer negocios contigo— Me da una palmada en la espalda y luego se dirige a la sala donde los hombres merodean como tiburones, aunque probablemente solo los ve como signos de dólar. Saco mi teléfono de nuevo y le envío el siguiente lote de instrucciones a Troy.

Siete: Tienes una cita especial en diez minutos. Dirígete a la sala VIP, tendrás media hora con Jessy. Aquí se llama Zafiro.

Troy se gira para mirarme con un ojo entrecerrado desde el otro lado de la habitación.

Troy: Si les gustan los tríos, lamento decírselo, pero ese no es mi estilo.

Siete: Estaré afuera, haciendo guardia.

Troy: Aún más espeluznante. ¿Qué demonios?

¿Como explicarme lo más posible sin delatar la verdad? No puedo admitir que estoy desesperado por Jessy. Casi tan desesperado como por deshacerme de estos sentimientos.

Siete: Solo necesito que veas lo que pasa ahí dentro. Pídele su movimiento especial. Mira si hay algo nuevo o emocionante que pueda mostrarte. Insiste tanto como puedas. Ofrece dinero extra. Pero ni se te ocurra tocarla. Necesito saber algo y tú lo vas a descubrir por mí.

Recorro la habitación con la mirada entre mensajes. Jessy arrastra su dedo por la parte inferior de la barbilla de un anciano, diciendo algo que no puedo entender.

Troy: Eso es raro, amigo.

Siete: Vas a tener media hora con la mejor stripper de Manhattan. Creo que sobrevivirás.

Troy: ¿Prometes que no me harás daño cuando salga de ahí?

Siete: Lo prometo. Porque ambos sabemos que no lo disfrutarás cuando este esperando aquí afuera para romperte la mandíbula si tan solo la tocas.

Troy: Recapitulemos. Ser atraído a un club de striptease por mi mejor amigo, obligado a entrar en una sala VIP con la mejor stripper del planeta con instrucciones estrictas de no disfrutarlo ni tocarla, y luego salir y chismear sobre lo que pasó. ¿es correcto?

Siete: En el clavo.

Troy: Mierda, la tienes muy mala para esto.

Guardo mi teléfono en el bolsillo sin contestar. Estoy casi completamente seguro de que Jessy se había inventado la historia de probar una nueva rutina, incluso si supuestamente planea usarla solo con clientes exclusivos. Pero por ahora, solo necesito probar la teoría y demostrar que tengo razón, o explotaré internamente.

Echa la cabeza hacia atrás mientras bebe su trago. Luego se dirige hacia mí, chocando conmigo al pasar.

—Oh, lo siento mucho, amable desconocido, no te vi allí—

Reprimo una sonrisa. —Muévete. Si buscas las salas VIP, están justo ahí— inclino la cabeza en la dirección en la que necesita ir. —La primera. Tu turno empieza en dos minutos—

—Que amable— El sarcasmo se filtra de sus palabras. Jessy se dirige hacia aquí, lo que significa que no le doy el empujón que se merece. Se acerca con sus altísimos tacones, ajustándose la correa de su traje en el camino. Me mira brevemente, levantando las cejas antes de dirigirse a la sala VIP. Saluda a Troy, luego lo toma de la mano y lo conduce adentro.

Ahora todo lo que puedo hacer es pararme junto a la puerta y mirar el reloj. El tiempo pasa a un tiempo glacial. Mi estómago se retuerce. Intento imaginar que haré si Troy sale de allí y me dice que se ofreció a usar el vibrador con él, como me dijo. En serio, ¿Qué demonios acabas de hacer? Decirle que pida el movimiento especial, pero que luego no pueda tocarla si va allí. Pero si ella hace el movimiento especial y se frota contra su polla como lo hizo contigo, no importa si cede, porque no puedes seguir adelante con ella. Aunque no hay ningún avance con Jessy. Así que nada de eso importa. Esto no tiene sentido. Simplemente déjalo>>. Mis pensamientos están doblados como origami. Nada de esto tiene ningún maldito sentido.

Me torturo con pensamientos como estos hasta que se acaba el tiempo con Troy. La puerta se abre. Las risitas de Jessy me llegan primero, luego Troy sale a trompicones un momento después.

—Lo pasé genial, gracias— arrulla Jessy.

Su siguiente reserva ha estado acechando fuera de la sala VIP durante al menos los últimos diez minutos. Cuando Troy se va, Jessy da la bienvenida al siguiente chico, moviéndole los dedos. Después de que la puerta se cierra tras ellos, silbo para captar la atención errante de Troy e inclino la cabeza hacia el pasillo trasero.

—Mierda— es lo primero que dice una vez que estamos frente al baño de hombres.

—Necesito saber que pasó— parpadea un par de veces, todavía aturdido. —¿La has visto bailar antes? —

—Por supuesto—

—Mierda. Es como…buena— Está alucinado.

—¿Lo que hace en ese tubo? Amigo, podrías haberme advertido—

—Te dije que es la mejor stripper que hay. ¿Entonces se froto contigo? —

La pregunta parece confundirlo. —¿Qué…? —

—¿pediste el movimiento especial—

—Lo hice—

—¿Entonces se meneo en tu regazo? ¿Te quito los pantalones? ¿Sacó un vibrador? —

Troy levanta las palmas de las manos, riendo un poco. —Vaya, hombre. ¿Me estás diciendo que todo eso se supone que es parte del paquete? —

Me paso una mano por el pelo. —Es lo que pasó cuando me invitó a entrar la semana pasada. Dijo que era una nueva rutina para clientes exclusivos, pero creo que es una tontería. Por eso necesitaba que fueras a probarlo—

—Pedí el movimiento especial como me pediste. Lo insistí unas cuantas veces, pero ella simplemente lo ignoró, diciendo que estaría perfectamente con su rutina habitual, porque todo era especial. Cuando le ofrecí dinero extra por algo extra físico, ella solo se rió. Ni siquiera me tocó—

Cruzo los brazos, dándole vueltas a esta información. Todos mis órganos vitales se relajan. Puedo respirar con facilidad ahora. Sin embargo, de alguna manera, todo esto es mucho más complicado ahora.

Porque Jessy habría mentido sobre probar un nuevo movimiento.

—Para ser honesto, podría haberme corrido sin que ella me tocara— continúa Troy.

Presiono mi antebrazo contras su pecho, apoyándolo contra la pared. —Es suficiente—

Una sonrisa burlona se extiende por su rostro. levanta las palmas de las manos en señal de sumisión. —Solo hago mi trabajo, amigo. El que me enviaste a hacer. ¿Recuerdas? —

Gruño retirándome. Se alisa la camisa y añade; —¿Entonces está es la prueba que necesitabas? Estas oficialmente enamorado de ella. Y parece que ella también está enamorada de ti. Genial. Tengo otro termino para esto, y es suicidio profesional—

Suspiro, pellizcando el puente de mi nariz. No tengo el coraje para corregirlo por su insinuación de la palabra que empieza con A. Ni siquiera sé que decir para defenderme en este punto. Jessy ya me ha consumido; ahora estoy convenciendo a mis amigos para que demuestren algo que no quiero reconocer del todo.

—Te dije que te acostaras con alguien— dice Troy. —Claramente no escuchaste las instrucciones—

—No he tenido tiempo—

—Bueno, ya estoy en la ciudad. Has tiempo—

Quiero follar con alguien, eso es cierto. Pero no con una chica cualquiera.

—Estaré aquí con Jessy hasta al menos la una de la mañana— le digo. —Eres bienvenido a quedarte. Como dije, las bebidas corren por mi cuenta. Aprecio que hayas hecho mi trabajo sucio—

Me da una palmada en el hombro. —Cuando quieras, hermano—

—Te llamaré mañana— le digo, —Podemos pensar en el plan—

—Ya sé el plan. Chuletas y un montón de alcohol. Y luego te voy a meter bajo la lluvia de alguna cosita dulce. Empezaré a buscar en las aplicaciones de citas ahora mismo—

—No engañes a una pobre chica en nombre de mi polla— suplico

—No será una estafa— me asegura.

—Tengo tu bonita cara en la galería de mi cámara y te conozco lo suficientemente bien como para hacerme pasar por ti. Podría engañar a tu propia madre—

—No es justo. Tiene demencia y vive en un asilo de ancianos—

—Sabes a que me refiero—

Le doy el empujón que había estado conteniendo, enviándolo a su casa, y luego regreso a mi puesto fuera de la sala VIP.

Troy está seguro de que acostarme con una chica al azar será la solución a mis problemas. Pero yo sé la verdad. Las únicas soluciones posibles son sacar a Jessy de mi vista o devolverla a mis brazos, donde pertenece. Se cómo alinearme, seguir ordenes, pero cuando se trata de Jessy, no estoy seguro de cuánto tiempo más podré convencer a mi corazón y a mi pene de que se apeguen a las reglas.