Me desperté por la mañana ya que estaba escuchando muchos ruidos fuera y aparte al minimo ruido que escuche me despierto así que decidi mirar por la venta y me encontré a los que parecían mis nuevos vecinos, en eso llega mi abuela y me dice que me arregle para ir a visitar a los nuevos vecinos.
Me puse algo comodo y mi abuela había echo un pastel para darles la bienvenida .
Mi abuela y yo nos dirigimos a la casa de los vecinos y nos abrió una señora que parecía ser bastante más adinerada que la mayoría de gente que vivía en esta zona y eso que era un barrio de dinero.
-Hola, no esperaba visitas - dijo con un tono de superioridad y eso ya hacia que me cayera mal
-Hola, mucho gusto, sentimos haverla molestado- dije con un tono amable
-No ya no pasa nada la molestia esta echa
Al decir eso le quería estampar el pastel en la cara pero me contuve
-Le emos traído un pastel de bienvenida- habló mi abuela
-Gracias-dijo cojiendo el pastel sin interes-quereis pasar?
Yo sentí que se estaba viendo obligada a hacernos pasar pero aún así aceptamos.
- Oh, perdona mis modales, soy Sofía-dije extendiendole la mano y su expresión facial cambio de sería a sorprendida
-Yo soy Doña Sofía Hidalgo-dijo aceptando el apretón de manos
A los segundos me di cuenta de su apellido así que pregunte.
-Siento que le pregunte esto pero dijo Hidalgo?
-Emmm si dije eso es mi apellido ya que estoy casada- dijo enseñando su añil los de compromiso
En ese momento ví algo que nunca habria deseado ver...
-Y tiene hijos?? - le pregunte aguantando me las lágrimas.
- Sofi deja de preguntar- dijo mi abuela mirando por la ventana.
-Si tengo 3- dijo tirando el pastel a la basura y ignorando a mi abuela.
Mi abuela todavía no se había percatado de la situación así que hable...
-Donde hay un baño??
-Las escaleras para arriba al final del pasillo
Subí las escalera lo más rápido posible hasta llegar a baño y allí fue cuando no pude más y empeze a llorar ya que yo era una persona muy sensible sobre todo si se trataba de mi abuela y eso había sido muy cruel de su parte.
Después de 5 minutos llorando decidí salir de allí así que me lave la cara con agua y cuando salí de allí me encontré con un chico que era más o menos de mi edad bastante atractivo.
- Hola estas bien?? -dijo el chico
-Si creo- dije con una sonrisa fingida
-Por cierto soy Apolo Hidalgo-dijo el chico extendiendo me la mano
Me quedé un poco sorprendida porque era el mismo Apolo el que salia en el libro y eso me puso de buen humor
-Soy Sofía pero me puedes llamar Sofi- dije aceptando el apretón de manos.
-Porque llorabas??
-Por nada importante
-Por nada no se llora se que no me conoces pero confía en mi y desaogate conmigo
-Ok solo si prometes no contar nada
-Trato echo
-Pues veras yo y mi abuela os hemos venido a visitar y mi abuela hizo un pastel y resulta que estaba hablando con tu madre y tiro el pastel a la basura y eso me dolió mucho y hizo como si nada hubiera pasado- en eso se me escapa una lágrima y Apolo me la limpia y me da un abrazo el cual aceptó
-Desaogate conmigo no pasa nada si quieres podemos ir a mi habitación - acepte y una vez estábamos allí empeze a llorar en su hombro
-Ya está no pasa nada - dijo el chico limpiando me las lágrimas y estando tan cerca que nuestras respiraciones chocaban
-Se que no me hace falta conocerte para saber que eres muy buena persona-dije mirándolo fijamente a los ojos tan bonitos que tenía.
En ese momento alguien abrió la puerta...
-oye Apol... - entró un chico de más o menos 1 o 2 años mayor que yo bastante parecido a Apolo y nos separamos al instante- uy lo siento
-No pasa nada, que quieres?? - dijo Apolo mirando a su hermano fijamente
- Pues quería... Estas llorando?? -me pregunto a lo que yo asenti tímidamente
-Que ha pasado, Apolo no le habras echo nada, no??
-No al contrario yo la estaba consolando. Fue mama- dijo el chico como si no hubiera sido la primera vez
-Que te hizo- dijo acercándose a mi
-Para resumir vinimos mi abuela y yo a visitar y tu madre tiro el pastel
-Siento mucho lo que ha pasado - dijo el chico apretando sus puños a sus costados
-Gracias por tu disculpa pero no eres tú el que me debes pedir perdón.
En ese momento entra la madre de los Hidalgo...