CAPÍTULO II-3

1126 Palabras

Se escuchó entonces una voz ronca que preguntaba: —¿Quién es? ¿Será posible que seas tú, Gardenia? La turbación de Gardenia desapareció al escucharla. —¡Oh, tía Lily, querida tía Lily! Sí, soy yo, Gardenia; llegué anoche. Espero que no estés disgustada. No pude hacer nada, absolutamente nada, salvo recurrir a ti. Hubo un movimiento entre los cojines y una mano se extendió hacia Gardenia que ella estrechó agradecida. —Gardenia, mi querida niña; jamás en mi vida recibí una sorpresa como ésta. Pensé que Yvonne se había equivocado cuando me dijo que mi sobrina estaba aquí. Pero, ¿por qué no me escribiste? —No pude hacerlo; tía Lily. Tuve que venir de inmediato. Es que. . . mamá ha muerto. —¿Ha muerto?— la Duquesa se sentó y aún en la oscuridad de la misteriosa habitación, Gardenia pudo

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR