Llegamos al bar y como cada fin de semana se acerca Sergio el dueño a saludar y conversar. Él conoce a mis padres, a papá más que nada, son amigos desde la infancia y estudiaron juntos.
Sergio se ríe cada vez que le hago señas de que no cuente nada que me ve fumando y tomando alcohol, más que nada fumando. Alcohol saben que bebo y moderadamente me lo permiten, solo que no existen medios puntos para mí o no bebo o bebo hasta el límite, son mis pequeños actos de rebeldía.
Al cabo de media hora más o menos llega Santi con alguno de sus amigos. Me paro de mi asiento para abrazarlo, paso mis brazos por detrás de su cuello y el me toma por la cintura para besarme muy dulcemente. Te extrañé, le digo suavemente a lo que él me responde " yo igual, o más aún".
Saluda a mis amigas y se sientan e
