CAP 19

962 Palabras
Desde la última conversación con Olga, la había visto actuar con pequeños toques hacia Lev y siempre buscaba oportunidades para acercarse, pero había un pequeño, o más bien grande problema: Lev permitía que Olga estuviera con él, pero siempre era frío. Era amable, sí, pero no parecía mostrar ningún interés amoroso, y eso hacía que ella me odiara y se enojara aún más. Pero eso no me importaba en absoluto; solo dejaba que ella actuara poco a poco, como una marioneta en mi plan de escape. Una tarde estaba sentada en mi habitación con unos audífonos y un MP3 antiguo que me había regalado Lev, al fin me sentí como antes, escuchando música muy seguida y eso me relajaba. También podía evitar el molesto ruido de los militares gritando y entrenando al otro lado de la mansión, mientras leo un aburrido libro ruso que me dio Olga. Mientras leía escuché unos golpecitos en la puerta, era el doctor y sonrio suavemente. —Cuanto tiempo, no esperaba verte aquí. ¿Vienes a chequear si tu jefe me ha roto algo más? El doctor rio suavemente de mi chiste malo —Señorita Anya —dijo en voz baja — No, por lo visto Lev está siendo más cuidadoso con usted y me pidió que viniera a revisar su vientre. Está... preocupado por su heredero. —si, claro… y ha pasado mucho tiempo no? —pregunto, y el doctor que es frío se muestra más tranquilo, al parecer con el tiempo no nos caemos tan mal… —si, desde que estoy acá en Rusia hay más militares para atender que cuando estaba en España, en vez de estar jubilado aun sigo trabajando para Lev —sonreía débilmente mientras revisaba mi vientre. —ya son 5 meses no? que rápido pasa el tiempo anya… —Si… —Hice una pausa, estaba viendo al anciano revisando y pensaba que él siempre había sido casi amable, a su manera fría y me vino una duda . —Dime, doctor, ¿Cuánto tiempo llevas con Lev? ¿Desde que era un niño, no? como me contaste… El anciano asiente —Desde que tenía quince años. Después de que sus padres murieron en una misión. Era... un chico roto, pero fuerte. Lo entrené, lo cuidé. Ahora, él es mi comandante. Asentí lentamente, sintiendo una conexión extraña. Este hombre había visto a Lev crecer, había sido su figura paterna. —Entonces, conoces sus secretos. Como Olga? sabes algo de ella, lo ama? El doctor frunció el ceño. —Olga... sí, la conozco. Estuvo con Lev en el ejército, desde jóvenes. Desde mi punto de vista, ella parecía estar atraída por Lev. Siempre ha sido su sombra, su compañera leal. Pero Lev... él no ama a nadie. No como nosotros entendemos. Para él, el amor es posesión, control. Olga lo sabe, pero insiste. Es hermosa, fuerte, pero Lev la ve como una amiga, una aliada. Me reí amargamente, tocando mi vientre, necesitaba que Lev sienta esa atracción por Olga para que me deje y me vaya de aquí, pero suspire con rabia contenida. —¿Y yo? Me secuestró porque me vio en una estúpida cámara y decidió que era suya, es una estupidez. ¿Y Olga? ¿Por qué no la elige a ella? Es más hermosa, más rusa, más... suya. Lev es un idiota, debio quedarse con ella, por que mierda tenia que ser yo!? por que tengo que sufrir por un idiota que me arruino doctor!! Tengo 21 años y voy a tener un bebe forzado!! —mis lágrimas brotaban por sí solas —doctor, yo… Me imaginaba mi futuro como una chica sola e independiente, ganando dinero, o perdiendo… yo jamás quise esto… El doctor me miró fijamente, su expresión endurecida, pero vi un atisbo de compasión en sus ojos al ver mis lágrimas. —Lo siento, señorita Anya. Lev... él no piensa como nosotros. Ve el mundo en términos de poder, no de sentimientos. Pero usted es fuerte. Más fuerte de lo que él imagina.Hizo una pausa, bajando la voz, su tono volviéndose turbio, casi un susurro venenoso. —Sobre Olga... Lev la conoce desde hace años, desde el ejército. Ella es parte de su mundo, es predecible, leal y siempre se excusaba para estar con él. —añade con un tono burlón —Pero tú... tú eras diferente, te observó por semanas en esas cámaras queriendo poseerte. Caminabas sola, con tus audífonos, ignorando el mundo, sin miedo ni órdenes. Él me había dicho que estaba aburrido de la gente casual, de esas almas vacías que se arrastran por la vida lamiendo pies para no sentirse solas ni excluidas. Pero cuando él te vio, supo que no eras como esas personas. No te importaba nadie ni su aprobación y eso lo obsesionó; te vio como un reto Anya, un enigma que lo hacía sentir vivo por primera vez en años..., pero también hambriento. Olga es hermosa, sí, pero para Lev, ella es como una hermana y aliada, no una conquista. Él quería poseer lo desconocido, lo libre, y le gustan los retos... y eso eras tú. Lo que dijo el anciano me dejo mal, ya me lo había dicho antes, si, pero esta vez con más detalle y todo lo que dijo podría ser un problema para que Olga conquiste a Lev, me alagaba un poco, pero podría haber problemas para que se enamore de ella y me deje de una vez… El anciano al verme pensativa, sin decir más, se retira, pero antes de irse lo detengo. —Perdone, pero es que lo conozco desde hace tiempo y no sé su nombre… —el anciano se gira —Anton, señorita Anya… —gracias Anton —hablo con un susurro bajo pero claro y Anton se retira.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR