Derek.
No quería estar en este puto lugar.
Pero era mi hijo y ya la había cagado lo suficiente, así que, si quería que estuviera aquí acompañándolo, lo haría.
Todos los invitados estaban sentados frente al altar en el jardín y la hora de la ceremonia se acercaba, todo estaba listo menos él.
“¿en dónde estás Luke?”
Me levante de mi asiento en la primera fila justo a un lado de Nana y camine hasta la cabaña en donde se supone ambos, mi hijo y su muy joven novia debían prepararse.
Entre en la habitación de Luke que tenía grabada en la puerta solo para encontrármelo follando con una mujer de vestido lila contra la pared, era obvio que no se trataba de la novia, esta estaba usando un vestido de dama.
La sangre me hirvió, yo no le había enseñado a ser un cobarde, pero de nuevo… ¿Qué le había enseñado yo?
Cerré la puerta con fuerza para que supiera que estaba ahí, se giro cuando la mujer en su regazo se sobresaltó y el imbécil de mi hijo se subió los pantalones torpemente, cuando me vio el alivio lo invadió y suspiro.
-Eres tú…
“Si, idiota, si fuera tu novia estaría cortándote la polla ahora mismo”
-¿Qué crees que haces? Todos esperan afuera.- me cruce de brazos frente a él.
El semblante de la chica en la esquina de la habitación se entristeció y Luke la miro para después volverse a mí con decisión.
-Papá… no puedo… no puedo casarme con ella.- era la primera vez que me llamaba papá, siempre me llamo Derek, no podía creer lo que estaba a punto de hacer, pero, era mi hijo y haría cualquier puta cosa por ayudarlo.
Saque las llaves de mi auto y se las entregue.
-Es la range rover negra.
Miro las llaves y luego a mí, asintió y me dio un abrazo, luego tomo a la rubia de ojos verdes y salió corriendo, me quede ahí sintiéndome una persona terrible pero un buen padre.
“¿Hice lo correcto verdad?”
Me froté el rostro y salí a la ceremonia, a fingir que nada había sucedido.
El aire se volvió frío y el ambiente sepulcral me hizo darme cuenta de que me quedé adentro más tiempo del que creí, la novia estaba ahí.
Era una estatua, su vestido blanco resalto su piel pálida y sus ojos verdes estaban perdidos, el ramo estaba tirando a un lado de ella, su cabello recogido en un elegante moño la hacían ver madura y el rojo en sus labios…
Joder, mi color favorito.
No lloro, no se movió, no hizo nada más que darse la vuelta y pasar a mi lado sin verme realmente, era hermosa, una verdadera belleza que no ves todos los días me atrevería a decir que era mucho más bella que la mujer con la que escapo Luke.
La primer lagrima cayo cuando paso a mi lado y me arrepentí.
Nunca debí darle las llaves a Luke, nunca debí hacerle esto a ella.
Su belleza era abrumadora, su olor se coló bajo mi piel, quedándose como un recordatorio de lo que hice.
Le arruine la vida.
Y me arrepentí enseguida.
***
Cuatro meses pasaron antes de que pudiera verla de nuevo.
Conduje directo a la casa que había comprado hace unos meses para Luke y su novia, era lo suficientemente grande para ambos así que supuse que sería un buen regalo.
Ahora estaba vacía.
La novia de Luke… Gisel como descubrí que se llamaba no había venido por aquí, incluso cuando saqué la ropa de mi hijo para enviarla a Toronto, la de ella seguía aquí, no tuve oportunidad de disculparme y decirle la verdad.
Baje de mi auto y abrí la puerta, me dirigí a la cocina y vi una botella de Champagne abierta, supuse que Nana estaba aquí limpiando, pero ella jamás bebería mientras ordena la casa así que lo descarte de inmediato.
“¿Ella está aquí?”
La impaciencia se plantó en mi pecho echando raíces, subí las escaleras hasta la habitación en donde se supone dormirían porque ahí fue donde pusieron la mayoría de sus cosas, la puerta estaba abierta y era muy silencioso.
Mis ojos se detuvieron en el encaje, esta mujer gritaba seducción y perfección, su cuerpo era un reloj de arena y el conjunto de tres piezas era demasiado pequeño para ella, las medias apretaban sus muslos mientras ella bailaba una canción imaginaria, sus ojos estaban cerrados y sus labios iban pintados a juego.
“Otra vez el maldito color rojo”
No pude moverme ni detenerla, era un espectáculo digno de apreciar, su redondo trasero rebotaba sutilmente y quise arrancarle el tanga con los dientes, me pregunte si sabría tan bien como olía, era un delicioso caramelo de cereza.
Sus ojos se abrieron, no se asustó, me retuvo la mirada y continúo tocándose, sus delicados dedos apretaron sus pezones y tuve envidia, su mano continúo bajando hasta su centro, apretó los muslos en el medio para darse un poco de placer mientras se frotaba y su mano estuvo a punto de introducirse.
Me quede en la puerta de la habitación, estaba seguro de que, si daba un paso, ella no saldría viva de aquí, la pondría contra la maldita ventana y haría que cualquiera que prestara atención observara como la follo con rudeza, porque eso es precisamente lo que le gusta.
Ser observada y apreciada.
Mi imaginación voló, mi polla estaba erguida y lista para introducirse en su lindo coño, apuesto que ella podría recibirlo todo y luego, haría que me tragara completo con la boca, me deslizaría en ella hasta que mi semen goteara por sus carnosos labios rojos, entonces la besaría y me aseguraría de que nadie más en este puto planeta la tocara…
“Pero no lo harás Derek, porque tu arruinaste su boda y ella es la exnovia de tu hijo”
Quise castigarla aún más por eso, tomar su cabello y decirle que nunca más nadie, vería ese maldito espectáculo, nadie que no fuera yo, tomaría su cabello alrededor de mi palma y…
-¡Hay alguien en casa! ¿Señor Gross?
Mierda.
Nana estaba aquí.
Los ojos de Gisel se agrandaron con sorpresa e intento cubrirse torpemente con las manos y sus mejillas se sonrojaron.
“Tan jodidamente adorable”
- Vístete, no creo que te guste que alguien más te vea semi desnuda.- Gruñí porque el espectáculo había terminado y ahora tendría bolas moradas por el resto del día.
Era verdad, no quería que nadie más la viera desnuda, me imagine a Luke fallándosela torpemente preocupándose solamente por su placer y olvidando lo hermosa que se ve disfrutando.
Estaba celoso de mi hijo… porque él la tuvo y yo jamás podría.