Capítulo 6

1879 Palabras
Eder Ross Dos semanas antes. La desesperación, el miedo y la irá me invade por completo. Este el peor momento que he pasado, me siento tan impotente de no poder hacer nada por la mi esposa y aún no tengo noticias de ella. Mis hombres están buscándola. Hace unos días me llegó una nota anónima, dice que mi esposa está secuestrada y no tengo idea de quién la tiene. De un día a otro desapareció sin darme cuenta hasta que llego la nota. Lleva dos semanas desaparecida y el secuestrador no ha llamado para pedir por su rescate. Dejo la nota en mi escritorio al escuchar a Peter pedir permiso para entrar. —Adelante Peter —autorizo — ¿Qué noticias me tienes? —pregunto impaciente por saber algo de ella. —Lamento decirle esto señor, pero no hemos encontrado pistas. Sean quien sea, a hecho bien su trabajo. «¡Mierda! Eso no ayuda en nada.» —No sé preocupe, señor. Le juro que encontraré a su esposa. Las palabras de mi uno de mis trabajadores, en el que más confió, mi mano derecha, me alientan; el saber que la mujer que más amo está en peligro, me aterra. Nunca he sentido miedo, he matado a personas sin escuchar sus suplicas, no me tiembla la mano al hacerlo. El ser más buscado por las autoridades, el más envidiado por las mafias europeas, él que no le teme a nada, que no le duele ni siquiera una bala en su cuerpo, tengo miedo en estos momentos. «Juro que mataré al que esté detrás de todo esto. No dejare vivo a nadie que este aliado con él.» Peter me deja solo y sale en busca de más evidencia. Mientras yo, llamo a mi mejor aliado para que se meta al sistema de la policía para jaquear las cámaras de toda la ciudad o el estado si es posible. —Mi buen amigo, Eder Ross. —Jay, necesito de tu ayuda. —Claro, para eso estamos los amigos, dime. Jay lo conocí hace años, cuando estudiamos juntos. Durante todos esos años siempre lo he ayudado, incluso lo ayude que se convirtiera en uno de los mejores hackers de Europa, ahora necesito de su ayuda. —Necesito que me ayudes a entrar al sistema de cámaras del gobierno de Lilcoln. Necesito todos los videos desde hace dos semanas hasta hoy. —Eder, lo que me pides es muy difícil de hacer. Sabes cómo es el sistema del gobierno —su negación no me ayuda en nada. —Te daré todo el dinero que me pidas, incluso si necesitas gente te daré toda la que necesitas, pero necesito esos videos. —No se trata de eso. Sabes que somos amigos, pero es difícil hacer lo que me pides. —Lo sé, pero si esto no fuera urgente no te lo estaría pidiendo. —Deja ver qué puedo hacer por ti. —Jay, si lo haces te recompensaré; además estarías salvando la vida de mi esposa. — ¿La vida de quién? —pregunta, desconcertado. —Secuestraron a Juliette, mi esposa; hace unos días y no sé quién mierda es. No sé nada de ella, he buscado pruebas, pero no encuentro nada. Estoy desesperado. —No sabía lo de tu esposa —se queda cayado por unos segundos —No te preocupes, haré todo lo posible por tener esos videos. —Todo lo que necesites dímelo. —Cuenta conmigo, encontrare pistas para hallar a tu esposa. Estoy contigo amigo. Le agradezco y termino la llamada, su ayuda será de mucho, pero no pienso conformarme con eso, con sed de venganza salgo de la fortaleza a buscar más pistas. Siete días después. No he descansado, el horrible cansancio es notorio en mi físico. Busco día y noche, además, tengo que atender los negocios, no puedo dejarlos por mis problemas personales, eso es lo que me cansa más. Bebo de él bourbon para relajarme. Los llamados de Peter me quitan la tranquilidad que necesitaba, entrar con rapidez a mi habitación. — ¿Qué sucede Peter? —digo desanimado, estoy más que cansado. —Mi señor, llego esta carta para usted. Sin dudarlo tomo el sobre, inmediatamente reviso el remitente, no tiene remitente. Sin perder más tiempo abro el sobre y saco la hoja que contiene. Anónimo. Te estas tardando Ross, el tiempo se termina. Toda la furia se acumula en mi sistema. Maldito imbécil, no sé quién seas, pero me las pagarás. Peter me quita de las manos la hoja y la lee. —Señor. —Encuentra quien entrego esto y da con el imbécil, traerlo vivo yo mismo lo mataré —ordeno. Peter llama a más de mis empleados y se los lleva para cumplir con la orden. El mensaje deja entendido que Juliette está con vida. Camino hasta el bar y bebo un gran trago directamente de la botella dejando pasar el licor que quema mi garganta, sin siquiera sentir disgusto. *** El cansancio es más notorio en mi rostro y en mis trabajadores de confianza, no me puedo rendir debo encontrarla a como dé lugar. He perdido dinero con tal de encontrar pistas que me lleven a Juliette y más porque los negocios los he descuidado. Le pido a Luca que cuente el dinero generado por mi mayor negocio y que después me lleve los documentos para revisarlo. Luca asiente y se mete a la bóveda a contar dinero. Cansado me voy a mi despecho, me dejó caer en el sofá de piel, a lado de mi hay una botella de tequila importado de México, la toma y bebo un gran trago. El sonido del celular en mi bolcillo me hace detener mi siguiente trago de tequila, después de dos días recibo la llamada de mi amigo Jay. —Ross, estás de suerte —contenta contento. — ¿Qué encontraste? —Puedo entrar al sistema del gobierno, pero hay un problema. — ¿Cuál es el problema?, haré lo que sea. —Soborne al encargado de la seguridad y necesito una fuerte cantidad de dinero para que me dé la clave del presidente. —Con el dinero no hay problema, dime cuanto es. El dinero no me es un problema, cuento con bodegas repletas de billetes verdes. —Bien. En cuento tenga la clave te mando los videos. —Lo más pronto posible, Jay. Con eso videos será más fácil de encontrar pistas. Al instante me llega el mensaje con la cantidad pedida por Jay, inmediatamente salgo de la casa y subo a mi camioneta. Me dirijo directamente a Lincolshire Wolds, me toma un par de minutos; llego a mi pequeña bodega donde oculto parte de mi dinero. Estaciono la camioneta, antes de bajar vigilo que nadie me haya seguido. En donde estoy no hay gente, aun así, soy precavido. Al estar seguro de que no hay nadie a mi alrededor bajo del auto y me adentro a la vieja casa, solo es simulación. Voy a la cocina y debajo de la mesa quito el tape de simulación del piso, abro la puerta hacia el sótano, bajo por las escaleras y me doy cuenta de lo sucio que está el lugar, no importa con tal de que no encuentren mi bodega. Camino al fondo del sótano y veo el cuadro grande que mande a pintar de mi madre, de verla recuerdos golpean fuertemente mi mente. Dejo de pensar y me enfoco en mi objetivo; abro otra puerta, me adentro y cierro, en seguida veo la caja fuerte, inserto la clave y se desbloquea dejándome ver una pequeña cantidad de dinero generado por el negocio familiar y de solo pensar que esto es nada con lo que tengo en otras bodegas. Tomo el dinero y lo acomodo en el maletín, meto un poco más por si lo ocupo después. Antes de salir de la casa dejo todo como estaba y regreso a la fortaleza. Separo el dinero y salgo de nuevo para ver a Jay. Al llegar me presenta al señor; el obseso hombre me reconoce de inmediato, obvio, soy buscado por las autoridades de este país. Antes de darle el dinero le pido la contraseña, él dudoso me entrega el código; no soy idiota, antes compruebo si es, se la doy a Jay. Jay trabaja en su computadora y me da la respuesta que tanto anhelo. — ¡Bingo! —exclama —Es la contraseña. Le aviento el maletín repleto de dinero al señor, él lo atrapa y lo abre para confirma que el dinero este ahí. —Si dices algo juro que mato a tu familia y luego a ti —le advierto con el arma apuntando su frente. —No diré nada, nunca te he visto —sonríe el regordete hombre. —Lárgate ya. El señor desaparece contento con su dinero dejándonos solos. Desde que entregue el dinero Jay no ha dejado ver la computadora y de mover sus dedos sombre el teclado como todo un experto. Me cerco más a él y veo que del computador salen diminutas pantallas que demuestran cada movimiento de Inglaterra. —Solo hay que revisar todos los videos —menciona mi amigo. —Busca de los días más cercanos al día de su desaparición. —Aun así, me tomará tiempo. —Tu busca después del día y yo antes. —Ok, ten el computador iré por otro para que yo busque. Me siento en el lugar de Jay y comienzo a buscar los videos, en unos momentos llega, se sienta a un lado y comienza a buscar. *** Han pasado dos días más y no he despegado mis ojos de la computadora, ni Jay tampoco. Es aburrido ver cómo la gente camina, incluso he visto accidentes, asaltos, de todo tipo, menos lo que yo busco. — ¡Eder!, ve esto. Ante el llamado de Jay el sueño se me va, me acerco a él que se encuentra en su sofá. —Aquí, ve esto —señala con su dedo la pantalla. Pongo los ojos en el computador, Jay da inicio y comienza el video. Recuerdo ese día. Esa misma noche Juliette salió con sus amigas, me aviso que iría a un bar con ellas, incluso recuerdo que ella estaba resplandeciente, fue la última vez que la vi. El video muestra cuando ella y sus amigas entran al bar. Jay le adelanta un poco al video y ahí la veo salir, solo es ella, no vea a sus amigas. Y ahí es cuando la verdad se revela. Ella sale feliz, corre a los brazos de un hombre y lo besa en los labios. Por la poca luz no logro ver el rostro, ambos se alejan del lugar. Jay pausa el video y pone otro en donde se ve el hombre, saca un arma de su sudadera y la golpea en su nuca, ella inmediatamente se desmaya. El tipo la carga y la sube a un auto, trato de acercar la imagen para ver las placas, pero la luz es muy poca y no se ve nada, ni siquiera se ve que tipo de auto es. Lo único que no entiendo es porque ella lo beso, me queda claro que lo conoce, pero lo que no entiendo es porque el tipo la golpeo. Esto es muy confuso.
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