(Al dia siguiente)
Anoche entre una cosa y otra, terminamos yéndonos a dormir pasadas las tres de la madrugada. Era demasiada la adrenalina que aún corría por nuestros cuerpos, mucha la preocupación que teníamos acerca de como estaban todos los que nos cuidaban ayer, sobre todo Franco, y no fue hasta que supimos que todo estaba “bien” que conseguimos conciliar el sueño y descansar por llamarlo de algún modo, ya que Gianna como siempre exigió su atención nocturna, una que no nos molesta en absoluto ya que son las responsabilidades que uno adquiere a la hora de elegir tener un hijo.
Dado todo lo sucedido anoche, creí que lo mínimo que podía hacer para complacer un poco a mi esposa, era llevarle el desayuno a la cama, y heme aquí en la cocina jugando a ser el mejor chef de toda Italia. Col
