Nuestra tarde se convirtió en un hermoso momento en familia donde a la manera de nuestros hijos y acorde a su edad, hemos jugado con ellos. Por un lado, Amadeo nos estuvo haciendo armar el inmenso juego de tren que trajo al yate y casi como si se tratara de una obra de ingeniería quedo armado después de casi una hora, su madre y yo nunca dejamos de sorprendernos con él, si bien le hemos dedicado mucho tiempo y enseñado muchísimas cosas, muchas veces nuestro hijo no actúa como un niño de su edad, esta cerca de cumplir tres años, pero no le gustan los juegos didácticos que van “acorde” para él. Por otra parte, ama que le leamos e intenta repetir muchas de las palabras que le decimos y en la mayoría de los casos lo consigue con éxito y entendiendo que es lo que significa. Al principio Valenti

