Carlos, con Isabelle cargándola, llegaron a la habitación que haca algunas horas habitaban, conociendo perfectamente que esta habitación era como la boca del lobo. A pesar de que no era el cuarto donde el dormía, estar en esta era algo "significativo" para él, ya que en esas sabanas estaba su esencia impregnada, la había visto de manera mas vulnerable y por supuesto, la había tomado como deseaba desde hace semanas. Isabelle no era mujer común, él sabía perfectamente. Era linda, atractiva, bastante madura para la edad que tenía, sin embargo, el sabia perfectamente que ella no iba a irse de su lado así de fácil. Hace algunas horas la había tomado, haber estado dentro de ella se había sentido tan diferente y a la vez tan bien, que ahora que la tenia igual de cerca, de nuevo desnuda, sabia qu

