La casa literalmente era una mansión por el tamaño que tenía, pero con un aroma campestre, como a cabaña, por el entorno y el aire a estilo coloquial. Jardines la adornaban por donde fuera que se mirara, el verde de las plantas no era demasiado, y ni siquiera sofocaba la vista. Las ramas se pintaban con flores de diversos colores, tamaños y formas. Estancias con ambientes diferentes, tanto elegantes como informales. Con mesas de centro y en ellas más flores, en pequeños jarrones decorados. Por las paredes recubiertas o tal vez elaboradas con piedra, miles de ramificaciones de plantas enredaderas se invadían la superficie. Dos pisos se apreciaban a simple vista y la cantidad de ventanas, daba cuenta de ser tener por lo menos unas diez habitaciones amplias. De la construcción solo se aprec

