-Un nuevo día llegó, Taylor ya podía moverse con más facilidad, debía mantener su mente ocupada así que le explicaba las cosas básicas del cuidado de Alejo- -Taylor estaba vuelto un ocho, pero él trataba de hacer lo mejor - -Madame llegó, ella venía con sus hombres, estaba todo preparado para nuestro nuevo hogar- -Quiero ver a mi sobrino- la escuché decir -Le entregue a Alejo- -Vaya, es realmente hermoso, hasta se me antoja uno- -¿Tendrás un hijo Madame?- preguntó Taylor -¡No! Tú y Samantha harán uno más y me lo regalarán, lo haré mi heredero- -Ni lo pienses- mencioné -Esta bien, debía intentarlo- -Nos subieron a los autos, Madame no quería soltar Alejo- -Se supone que no le gustaba los niños y quien la viera, es una madre devota- -Llegamos al aeropuerto privado de Madame,

