Mis lágrimas mojaban mis mejillas, imaginaba la peor escena de mi vida que mi madre había imaginado que ocurriría, pero ¿mi padre? Si siempre había sido un hombre bueno, intachable, mi ejemplo a seguir desde la muerte de mi madre ¿qué quería decir con irreconocible?
Lo pensé mucho antes de presionar el botón, pero al final lo hice.
Del piso se elevó un ascensor que me llevó por una puerta hasta la superficie, estaba en medio de la nada y el ascensor no se detenía. Entre las nubes miré entonces una pequeña cabaña flotante, el ascensor me dejó justo en la puerta principal, llamé varias veces sin recibir respuesta y abrí la puerta con mucho cuidado.
Las luces se encendieron y miré la más terrible de las escenas, una joven pareja bañados en sangre, la peste era fuerte, parecía que llevaban tiempo de estar en este lugar, había señales de lucha y la casa hecha un caos.
El cuerpo de la mujer apuntaba un cuadro tras la pared, me acerqué a esté y lo observé por un momento. “Costo de la pintura: 478596” leí en el bordo de esta, eran muchos números para ser el costo real de una pintura sin chiste, la bajé de la pared y me recargue en el espacio que había dejado al quitarla, escuché un pequeño “bip” y me giré de nuevo, había una pantalla digital casi imperceptible
“Teclee la clave de acceso” ¿Clave de acceso? A qué lugar exactamente. Mi cerebro trabajó muy rápido y anoté 478596 “clave de acceso correcta, bienvenido” una puerta se abrió ante mí, ingresé a una sala pequeña, llena de juguetes y con dos pequeñas cunas de bebés “Julio, Julián” escritos en cada una de las cunas.
Todo parecía en calma, era tranquilo y se respiraba paz, era algo muy aislado de la escena anterior. Escuché entonces un llanto y luego dos, estupefacta miré en las cunas, realmente había dos pequeños, unas manos robóticas lo más humanas que había visto tomaron a los pequeños, un escáner pasó justo frente a ellos y pronto les daban un biberón recién hecho.
Mis ojos no podían creer todo esto, si los cuerpos de esa dos personas estaban ahí afuera desde sabe cuanto tanto tiempo, ya en proceso de descomposición, en un clima frío, entonces estos bebés llevaban ese mismo tiempo solos, atendidos por estas extrañas máquinas que los escanean y les dan lo necesario, ¿cómo han podido sobrevivir?
Era un lugar acogedor, cálido, pero unos pequeños de apenas 1 año quizá, solos, era algo sorprendente. Sin pensarlo me comuniqué con el señor Slidebottom y en pocos minutos estaba ahí, observando esa trágica escena.
Lloró por un largo rato, se lamentó haberlos dejado solos y no tener constante comunicación con ellos. No comprendía lo que pasaba, los pequeños jugaban en mis brazos con mi cabello, y el señor Slidebottom sólo observaba aterrado esa escena en la primera parte de la cabaña. Cuando reaccionó hizo una llamada y una mujer llegó en un instante para llevarse a los pequeños del lugar.
-Era mi hijo, no lo llamé, pensé que estaba en el lugar más seguro, y que jamás lo encontrarían, pero me equivoqué, pensé que mantenerlo incomunicado salvaba su vida, pero no fue así -se culpaba por esto, tal vez injustamente -Sarahí, será mejor que regreses por dónde has venido, gracias por esta aquí, por avisarme de esto, me encargaré del resto.
-No sabía a quién debía llamar, pero algo me dijo que lo más conveniente era llamar a la agencia -dije preocupada -lamento haber llamado por malas noticias.
-Está bien, si no hubieras llegado aquí, jamás me hubiera dado cuenta de lo que había ocurrido -lloraba, ese hombre de semblante duro lloraba -pensé que era normal que no se comunicaran, pensé que querían privacidad y alejarse de todo y de todos, pero me equivoqué -se sentó sobre el piso -Por favor déjame solo.
Abracé sin pensarlo a ese hombre, las lágrimas habían invadido su rostro y necesitaba a alguien que lo acompañara, y pues yo era la única en ese lugar, el resto había obedecido la orden de irse, sin embargo yo seguía ahí, intentando inútilmente de mitigar el dolor de aquel pobre hombre, que aunque era fuerte físicamente, era su hijo, y eso lo había devastado por dentro.
Me quedé ahí hasta que él decidió llamar de nuevo a su personal para retirar los cuerpos y buscar la evidencia, me pidió los detalles de mi visita para descartar todo lo que había tocado, que en realidad sólo había sido el piso por donde había caminado, el cuadro, y el cuarto de los bebés. Los agentes de investigación llegaron al lugar y entonces tuve que salir y regresar a mi casa, seguramente Nath se preguntaba dónde me encontraba.
Llegué de nuevo a mi casa, la terrible escena no salía de mi cabeza y la idea de dos pequeños solos en aquella habitación seguía dando vueltas por mi cabeza mientras intentaba entender lo que ocurría.
-Ya regresé -dijo mi amigo
-¿A dónde fuiste? -pregunté confundida
-Te dije que iba a llevar las cosas a la casa de donaciones, y que buscaría algo de comer.
-Oh, sí lo siento -realmente no sabía de lo que me hablaba, claro, seguramente lo dijo mientras no estaba en la habitación.
-No quise molestarte, seguro recordabas muchas cosas aquí dentro -sonrió y me miró -y mira aún no terminas, ¿te cuesta trabajo deshacerte de tus antiguas cosas, cierto?
-Sí, es muy difícil ver todo aquí y pensar que esto ya no será más mío.
-Vamos a comer, anda, ya es tarde y necesitamos energías para seguir con esto -asentí y caminé hasta el comedor con Nath.
Estaba hundida en mis pensamientos pero Nath no hacía por hablarme para distraerme, seguro pensaba que era lo mejor, que recordaba mis momentos dentro de mi hogar y que ahora ya no era ni la mitad de lo que era antes.
Pensé entonces que debía dejar todo como estaba, la investigación de la ASEJM quizá debía comenzar aquí.
-Nath, ya no quiero estar aquí -le dije resuelta
-Falta poco para terminar, pero entiendo -notaba la inquietud de mi mirada -Nos quedaremos de nuevo en el hotel si lo prefieres.
-No, no entiendes, no quiero estar en el pueblo, regresemos a la ciudad -levantó la vista confundido
-¿Ocurre algo?
-Solo quiero borrar muchas cosas de mi mente y no puedo hacerlo estando aquí.
-De acuerdo, haremos lo que quieras.
Tomé mis cosas y salimos de la casa, me aseguré de que todo estuviera cerrado y seguro para que nadie lograra entrar antes de que la ASEJM hiciera su investigación.
Llamamos a un vehículo de la ciudad para recogernos y llevarnos hasta allá de nuevo, nos sentamos a esperar en el pequeño jardín, donde muchos se acercaron a platicar y saludarnos.
-Eres una tonta Sarahí -¡Tenía que ser él de nuevo! -este pobre diablo no tiene nada que ofrecerte.
-Estas equivocado Alexander, él puede ofrecerme mucho más de lo que tú podrías -respondí de mala gana -amor, respeto, paciencia, tolerancia, y todos esos valores que tu pareces desconocer, es el mejor hombre del mundo.
-Oh, vamos, vivirás en la calle -sonreía, pero mis palabras le molestaban
-Mientras lo tenga a él no necesito nada más -tenía que engañarlo -además no conoces nuestra nueva vida, tenemos un hermoso hogar, no nos falta nada y ambos estamos saliendo adelante juntos.
-Te vas a arrepentir de esto Woods -eso había sonado como una amenaza
-De lo único que me arrepiento es de haber pensado que eras un buen chico, que merecías mi amor
El automóvil llegó entonces por nosotros y sin pensarlo o mirar atrás a ese furioso hombre abordamos para irnos.
-Nath, escucha, nos quedaremos esta noche en la ciudad -dije mientras el auto avanzaba -mañana después del almuerzo regresamos a nuestro hogar, a nuestra vida normal -suspiré y me perdí un momento en mis pensamientos -quiero hacer realidad lo que dije, me gustaría compartir un departamento contigo, podemos convivir más pero con la respectiva privacidad de cada uno.
-Sarahí, estás olvidando a Angie.
-No, claro que no -quite mi vista de la ventana para mirarlo -ella va a casarse el fin de semana, dejará el departamento para ir a su nuevo hogar, tenemos una semana para encontrar el apartamento perfecto. ¿Estás de acuerdo?
-Claro que sí -sus ojos se iluminaron -No había pensado en eso, también comparto un departamento con Duncan, como sabes, pero él va a mudarse también, entonces en el departamento quedará libre una habitación, quizá podrías tomarla, después de todo no está tan lejos de tu escuela.
Había una sonrisa en su rostro, una sonrisa de ilusión que hacía brillar sus ojos. Asentí aprobando su invitación y llegamos al hotel que sería nuestro lugar de descanso esta noche. Tomamos la cena juntos en el restaurante del lugar y luego fuimos a nuestras habitaciones.
Nath me dejó en la puerta de mi habitación y tras despedirse con un tierno beso en mi mejilla cerré la puerta.
No pensaba descansar durante la noche, debía ir a ese lugar lo antes posible a encontrar a Rasmus Donovan y aclarar de una vez ¿qué había entre él y mi padre? ¿Por qué tantos cheques con su nombre para mi padre?