CAP. 25 - ¿ARRESTAN A MIGUEL?
Miguel, aún con la vergüenza ardiendo en su pecho, resuelve que no puede consentir que Diego controle el juego. Si no puede entrar él mismo en la comisaría sin levantar dudas, enviará a sus hombres. Esperará el minuto en que Diego esté fuera, absorto en alguna patrulla, y entonces, agitará sus piezas.
Sus secuaces son especialistas en moverse en las sombras, conocen los escondrijos de Mogna como nadie. La tarea es clara: entrar, buscar pruebas, descartarlas si es necesario y mandar un mensaje. Miguel quiere que Diego sienta que está un paso delante, aunque no lo esté. Quiere que Lidia sepa que jamás estará segura.
Pero lo que no sabe es que Diego, presintiendo algo así, ha dejado trampas invisibles: pistas simuladas, señuelos que llevan a sus enemigos a sit
