Ese beso me ha dejado tan aturdida, nunca me había sentido tan cómoda con unos labios contra los míos, nunca nadie había sido tan dulce y tan suave. Nunca me había encontrado tan atrapada en un beso. Es cierto que antes de Naraku llegar a mi vida yo por supuesto había tenido besos, luego, al principio los besos de Naraku se sentían bien, se sentían correctos y me gustaba, pero Inuyasha fue tan calmado, tan... indescriptible. Toco mis labios y camino hasta mi oficina. Abro la puerta dispuesta a contarle a Sango lo que ha pasado y lo extraña que me siento en este momento. —Entonces me abandonaste zorrita disfrazada—mi cuerpo entra en tensión inmediatamente ante la voz de Naraku. Miedo. Terror. Estoy horrorizada. Sus ojos lucen molestos y mi pecho duele al recordar lo que es capaz de ha

