Esa tarde fuimos juntos a comprarte ropa interior muy sexy como te prometí. Entramos a la mejor boutique de la ciudad. Era bastante cara, pero tenían lo mejor y además tú te mereces todo y seguro que, con lo bonita que eres, te quedaría preciosa. Miramos en los estantes. Había mucha variedad. Te dejé escoger un conjunto de braga y sujetador. Enseguida te decidiste por uno blanco, con encaje y muy transparente que a mí también me gustaba. Nos dirigimos a los probadores para asegurarnos que era tu talla. Había bastante gente pero quedaba uno libre. Te metiste en la pequeña habitación. Yo intenté entrar contigo pero me dijiste que me avisarías cuando lo tuvieras puesto para verte. Algo decepcionado me quedé afuera. Me habría gustado verte desnudar y ¿por qué no? ayudarte a dejarte en bolas

