«No podía creerlo, esto simplemente no podía estar sucediendo, mi mente no podía procesar aun toda la información que llegaba a mi mente acumulándose esa noche.»
Los ojos de aquel confuso chico se cerraron, dejándose llevar por los complicados recuerdos de ese mismo día que angustiaban su mente.
Esa misma mañana tras derrotar al villano de turno, Black knight había decidido que sería el momento adecuado, pondría las cosas en claro con su amada compañera. Caminó con galantería hacia la dueña de sus pensamientos, esbozando una de sus mejores sonrisas, tomándola suavemente por el brazo para llamar su atención, esperando que esto a su vez impidiese que se escapara antes de cumplir su objetivo.
—My dear — habló tomando fuerzas internas— Yo n-no sé cómo decirlo este sentimiento—puso su mano libre sobre su pecho, sintiendo como su corazón latía a mil por hora, mientras su rostro comenzaba a pintarse poco a poco en un completo tono rojizo.
La heroína le observaba un poco nerviosa, esperaba que aquella frase no terminara como su mente le gritaba, claro que poseía un cariño especial por su compañero de batalla; pero jamás podría amarlo como el pretendía, (a pesar de ser un joven apuesto que aria feliz a cualquier chica que le aceptase, con un cabello hermoso y castaño, con grandes ojos verdes, capaces de conquistar todas las chica Pasitea Land, a todas menos a la única que el de verdad quería), puesto que su corazón ya le pertenecía a alguien más( a Einar). En el pequeño mundo que conformaba el corazón de Red, no existía nadie más perfecto para ella.
El joven castaño, tomo un pequeño respiro antes de poder proseguir con su plática y soltar aquello que le había estado consumiendo su inquieto corazón todo ese tiempo.
—Red — los ojos verdes de Black Knight se posaron con decisión en los contrarios.
— Te amo —dijo, apenas en un hilo de voz, estudiando los movimientos de su compañera, la joven frente a el cambio su expresión nerviosa a una de pena total, creando un ambiente incomodo entre ambos.
—¡No puede ser! —negó esta, soltando suavemente su brazo y tratando de acercarse a tocar el rostro de su compañero.
— ¡¿No puede ser?! — gritó sin percatarse, retrocedió ante el toque de la chica.
—¡Lo siento!, yo no quería lastimarte — suspiró, buscando los ojos del otro, notando que comenzaban a cristalizarse.
El corazón de Red se sintió comprimido, no quería dañar a su compañero. Sin embargo, sería injusto darle falsas esperanzas de algo que no podría ser.
Black Knight dio media vuelta marchándose sin escuchar más palabras que le destrozaban el corazón en mil pedazos, no podía más la desolación amenazaba con consumirlo.
Ahora en su habitación los recuerdos le golpeaban como ácido corrosivo, puesto que era aquel su primer amor y como todos sabemos el primer amor es el más puro, ingenuo y lleno de ilusiones para todos, es ese que te puede llenar de sueños hermosos y sensaciones cálidas confortables, así como asfixiarte en un profundo océano de aguas tormentosas, que te azotan contra un peñasco, amenazando con romperte el corazón en pedazos imposibles de recuperar.
La habitación de Einar se encontraba en completa oscuridad, mientras el joven sostenía su pecho, estrujando el área en busca de parar un dolor inexistente, respirando agitado paseo su mirada alrededor sintiendo la recamara tan amplia, sola, fría y bacía en aquel momento.
“Soledad”, de nuevo esa palabra, era el conjunto de 7 letras que resonaban desde que su madre fue apartada de su lado sin compasión alguna. Einar sollozo amargamente sintiendo que no había nada más en su pequeño corazón que eso, soledad y tristeza. Soledad la única cosa que en cada momento estaba presente en su vida, el joven sentía como las lágrimas crecían en sus ojos sin poder controlarlo, su garganta se cerraba cada vez más, dificultándole el respirar. Su pequeño corazón se estrujaba poco a poco, sumiéndolo en un profundo sentimiento de abandono.
«Mi soledad solo se volvía más grande ahora, aquella persona que me hacía olvidar este vació interno me había negado la felicidad que tanto anhelaba.»
Einar no quería estar más en su habitación necesitaba salir del lugar que sentía como su prisión, así que se dirigió en silencio en busca de la habitación de su padre, aun con el conocimiento de que posiblemente no se encontraba ahí; necesitaba al menos una victoria esa noche, después de la negativa de su amada quería que la tierra lo tragase, no toleraría recibir otra decepción, menos si se trataba de su progenitor.
Un escalofrió recorrió su cuerpo, la gota que colmó el vaso.
Esa tarde tras escapar de Red Royal y no encontrar consuelo en las calles, Black knight llegó a la azotea del edificio, que conformaba la central de Kosmos el imperio empresarial de su padre, caminó por el lugar sin pensar, sabía que su padre no le recibiría bien; pero no deseaba ir a casa y enfrentar sus pensamientos oscuros y negativos en el lugar que hace mucho tiempo dejo de ser su hogar.
Liberó su transformación dejando de ser el héroe n***o, para ser solo Einar el simple castaño, de ojos verdes, que vestía la ropa semiformal en colores grises ordenada por su padre, escabulléndose por los pacillos, buscó la oficina de su padre, tratando de olvidar los sucesos de su primer amor cayendo en pedazos, su espíritu y corazón habían sido molido una vez más, ahogándolo en mil emociones que lo distrajeron por completo del camino; en un instante de lucidez se percató un tanto tarde de que no sabía dónde se encontraba.
Claro que, en el pasado, recorrió todos aquellos pasillos que conformaban el edificio, conocía cada recoveco de la construcción o eso creía; porque esa área no le parecía nada familiar, sin titubear prosiguió su camino después de todo en algún momento se encontraría con algún empleado de su padre, maldijo su suerte al llegar a un callejón sin salida, frente a una puerta doble que no recordaba.
— ¿No me digas que estás perdido? — habló su criatura acompañante quien había estado callada hasta ese momento, asomando su cabeza del bolsillo interno ubicado en el chaleco, examinó el entorno.
— ¡creí que conocías este lugar! ―bufó con burla la pequeña criatura.
Einar lo observo molesto pensando que su aspecto y comportamiento era más parecía una cobaya negra que un gato con alas. Mauvais solo pensaba en comer, comer, chillar por comida y molestarlo.
—Si lo conozco, pero este lugar es nuevo para mí — respondió Einar dirigiendo su mirada a la puerta, coloco su mano sobre la puerta dispuesto a abrirla. — Bueno, lo mejor será entrar, si alguien se encuentra aquí, podre decirle que buscaba a mi padre.
Antes de poder seguir hablando fue interrumpido por el sonido de aleteos que provenía de aquella sala, aquel sonido era poco común en un imperio de cosmética como lo era ese edificio. Einar se detuvo en seco, cesando su empuje sobre la puerta, dejando una pequeña abertura por la cual poder ver que producía tales sonidos, al principio no podía visualizar nada, pues la habitación poseía una luz muy fuerte focalizada en un solo punto, sus ojos tuvieron que acostumbrarse poco a poco a la iluminación, para poder observar una figura rodeada por mariposas.
—Royal Red me las pagaras —soltó aquella figura gruñendo molesta. — ¡el próximo demonio será aún más poderoso!
Einar cerró su puño, escuchando atentamente cada palabra que se generaba en la sombría habitación. No había forma de equivocarse, tras tantos encuentros con él, su tono de voz le era inconfundible.
— ¿Que hace el aquí? —cuestionó por lo bajo tratando de buscar una explicación
— «¿mi identidad habrá sido expuesta?» —pensó con temor por su padre.
Sus cavilaciones quedaron al aire, al escuchar pasos que se dirigían a la puerta, no tenía tiempo de correr, ni había lugar donde ocultarse así que hizo lo único que podía, tomo posición preparándose para el enfrentamiento cara a cara con su enemigo o eso es lo que pensaba.
Mauvais quien curioso por las reacciones de Einar, había salido de su bolsillo, lo seguía de cerca, observando cada uno de sus movimientos, listo para ayudar a su chico si necesitaba apoyo.
En el presente, el pequeño Mauvais se encontraba siguiendo de nuevo a su soñador por los pasillos de la casa Iquelo, la aflicción se clavaba en su mirada al ver como el chico de complexión delgada se encorvaba sobre si, viéndose más pequeño de lo que era, sus cabellos castaños estaban revueltos debido a la prisa con la que todo sucedía.
—Creo que deberías llamar a Red –— hablaba la criatura alada, colocándose frente al rosto del chico castaño, quería a toda costa sacarlo de su ensimismamiento
— para los humanos es más difícil procesar emociones estando solo.
Como su guardián, Mauvais compartía un enlace con Einar, así que podía sentir todo lo que en ese momento abrumaba el corazón del chico. Mauvais temía que la magia del Despair hiciese su aparición en él.
— ¡Calla! — gritó Einar sintiendo como lastimaba su garganta por la fuerza de aquel grito, cubrió su boca ante un poco de tos causada por las molestias provocadas por aquel grito.
—Solo digo que deberías llamar a alguien, te ves pálido.
El chico intento responder; pero no salió más que un gemido un tanto carrasposo y dolido, seguido de una incómoda tos, su cuerpo comenzaba a sentirse totalmente frio mientras un pensamiento cada vez más oscuro sobre su padre le inundaba, dejándolo cada vez más y más sombrío, recordando que con el paso de los años su padre solo se había ido alejando soledad y un profundo vacío, creando un gran abismo entre ellos, volviéndolo más frio y distante que nunca.
—Te odio. ―Pronunció apenas.
Dirigiendo sus pasos hasta la pequeña terraza de la habitación principal, esa que pertenecía a su padre, la magia oscura hizo finalmente su aparición. Una neblina negra comenzó a cubrirlo, llevando su mente al resto de recuerdos de esa tarde.
Poco a poco la figura de su enemigo que salía de la misteriosa habitación recién descubierta, se transformó ante sus ojos en una más familiar para el joven expectante, ese semblante frio y distante solo podía pertenecer a una persona, su padre, Einar retrocedió negándose a creerlo, quedando perplejo por unos instantes.
― «!Esto no podía ser verdad¡» ― se repetía a sí mismo.
Einar sentía como algo se quebraba en su interior, algo que jamás podría reparar de nuevo, palideciendo trato de alejarse, hasta que sus piernas perdieron toda fuerza y le hicieron caer al suelo.
— ¿Einar qué haces aquí? y además en esa posición tan indigna — Interrogó su padre en un tono molesto y severo— levántate ahora, estar tumbado en el suelo no es propio de nuestra familia― le espeto altivo.
Al no obtener respuesta alguna de su hijo, Oberón le tomo del brazo bruscamente, poniéndole en pie de un tirón.
— ¿Es que no me escuchas? Le decía su padre, sacudiéndolo un poco. ― He ordenado algo y tú debes obedecer…
Sus regaños continuaban sin descanso, hasta que fueron interrumpidas por el grito del joven que retrocedía soltándose de su agarre, moviendo fuertemente su brazo, soltándose así del agarre de su padre.
— ¡Maldito te odio! ¡Debiste ser tú y no mi madre!
Un golpe en seco arrojo nuevamente a Einer al suelo, enmudeciendo cualquier otra mezquindad que quisiera salir de los labios del joven, por la conmoción del golpe, el castaño ni siquiera noto cuando su padre se acercó a él, levantándole de nuevo sin cuidado alguno.
La mejilla afectada por el golpe adquirió un tono rojizo, al tiempo que las lágrimas comenzaron a caer sin control, no podía más; primero la chica que amaba lo rechaza rompiéndole el corazón en pedazos y luego se entera de que aquel ser, que lo abandono tras la muerte de su madre, aquel que le había engendrado, aquel que lo ignoro por mucho tiempo, era el terrible villano que causaba todas las desgracias que hacían peligrar la vida y sueño de la población, la de sus amigos y la suya propia.
—Sal de aquí ahora mismo, sin hacer ruido alguno, no quiero que dañes mi imagen, ni la de la familia, luego hablaremos de esto – sentenció muy frio Oberón, antes de retirarse sin molestarse en regresar la mirada.
Einar totalmente absorto por los sucesos, se quedó en medio del pasillo unos momentos hasta que logró sentir sus piernas, transformándose de nuevo en Black knight, sin mediar palabras con Mauvais. Ingresó en la misteriosa sala de donde salió su padre, dispuesto a destruir con todas sus fuerzas todo lo que quedaba a su alcance, para luego desaparecer en el velo de la noche.
Salto de tejado en tejado, hasta llegar a su hogar, sintiendo como todo aquello comenzaba a consumirle poco a poco, hundiéndolo en la más grande y profunda oscuridad.
«Mi corazón está roto, las personas a quienes amaba, todos aquellos en los que deposite mi confianza me defraudaron. Ya no más, ya no les daré más oportunidades de seguir dañándome.»
Einer consumido por la magia del Despair, subió a la protección de la azotea, viendo el vacío debajo de si, el aire frio lo envolvió en un último suspiro mientras cerraba los ojos, escuchaba a Mauvais tratando de detenerlo, sufriendo al ver a su soñador corrompido por aquella magia; pero era tarde su mente ya no le prestaba atención, con una última inhalación, soltó su cuerpo dejándole caer hacia adelante.
—Hasta pronto my dear— fue la última frase que acudió a la mente de Einar.