Episodio 5

1594 Palabras
Cuando Odette llega a su recamara cierra la puerta con seguro, sabía que sus hermanos la iban a molestar, principalmente Gianni que lo más seguro era que en ese instante tuviese sed de venganza en contra de ella. Aiden, Gianni y Odette eran los tres hijos de Elizabeth y George Thompson, una acaudalada familia dueña de prácticamente la mitad toda la ciudad donde vivían, su fortuna se basaba principalmente por ser propietarios de varias bancas privadas que se extendían a nivel nacional e internacional, cuando Elizabeth y George se casaron siempre soñaron con tener hijos varones, para que de esa forma el apellido Thompson continuara, sueño que se les cumplió al tercer año de matrimonio cuando vino al mundo su hijo mayor Aiden, todo marchaba a la perfección cuando Elizabeth quedó en estado una vez más dos años después del nacimiento de su primer hijo, todos en la familia literalmente gritaron de la alegría al descubrir que era otro varón, asumiendo que la vida les sonreía y Dios escuchaba sus oraciones. Cuatro años más tarde, George quiso intentar tener otro hijo, esta vez no importaba si resultaba ser otro varón o una niña, sin embargo Elizabeth por otra parte, por muy extraño que pareciera nunca le interesó tener una hija, prefería a los varones, y la verdad era que ella no quería quedar embarazada nuevamente, pero como George estaba tan empeñado en un tercer hijo, decidió seguirle la corriente, dando como resultado un año después que viniera al mundo una linda pequeñita que George decidió llamar Odette. Elizabeth no estaba de acuerdo con aquel nombre, porque según decían las malas lenguas, ese era el nombre de la primera novia de George, es por eso que la madre se negó rotundamente a que llamaran a su hija de esa manera, puesto que era como una ofensa a su persona, pero pese a sus esfuerzos, su esposo siempre ganaba y a su bebita terminaron llamándola de esa forma. Conforme fueron transcurriendo los años, Odette sin duda alguna se había convertido en la "niña de papá", tanto así que George la llevaba a cualquier lugar a donde él fuera, la mimaba y mostraba de manera descarada para Elizabeth, la preferencia que tenía con la niña de entre sus dos hermanos varones, los cuales también sintieron el evidente rechazo que mostraba su padre, que normalmente los trataba con un cariño que parecía superficial si lo comparaban con el amor incondicional que mostraba por la pequeña Odette, George decía que amaba a todos sus hijos por igual, pero Elizabeth sabía que mentía, el trato que tenía hacia la pequeña pelirroja era especial y todos lo notaban a simple vista. Los años fueron pasando y el amor entre los padres parecía ir mermando, se decía que tanto George y Elizabeth se eran infieles mutuamente, llegó un momento en que la familia se veía claramente separada en bandos: los varones estaban del lado de su madre, mientras que Odette sin duda alguna en el de su padre, tanto así que poco a poco se fue creando una rivalidad poco saludable entre la familia, trayendo como consecuencia que Aiden y Gianni comenzaran a tener cierto odio hacia su hermana menor, por observar cómo esta era tratada por su padre, cuando ellos siendo los varones, por lo menos se merecían más atención. Pero pese a la eterna tensión familiar que se respiraba en casa, Odette era una chica alegre, nunca fue extrovertida en exceso, pero pese a eso le gustaba socializar y compartir con terceros, su deporte favorito era la equitación, su padre al ver el interés de su hija por los caballos, le creó una hermosa caballeriza en una porción de los grandes terrenos que tenía la mansión, para que guardase a las tres yeguas que le había regalado en el día de su cumpleaños número 9, y a partir de ese momento, ella comenzó a practicar volviéndose muy buena en menos de un año, ya para cuando tenía 12 años, había ganado una docena de concursos logrando así la inmensa admiración de su padre, mientras que para sus hermanos y madre, no les parecía la gran cosa ver a una niña evadiendo tontos obstáculos montada a caballo. Todo marchaba bien hasta que un fatídico día, les informaron que el avión donde iba George rumbo a un viaje de negocios había estrelladlo en misteriosas circunstancias, se decía que el avión tenía un par de fallas que no se repararon debidamente, pero hasta el sol de hoy, todavía no se habían encontrado las causas reales del trágico descenso, ni una sola persona sobrevivió, Odette quedó desbastada, su padre y mejor amigo había muerto, una noticia que le estremeció en gran manera porque daba la causalidad que ella a último minuto se negó en acompañar a su padre, ya que no podía perderse un importante evento de equitación que tenía ese mismo día, su padre aceptó y la pelirroja simplemente asistió a su compromiso sintiéndose un poco egoísta porque siempre iba con George a todas partes, cabe destacar que de su familia a ella fue la que más le afectó la perdida, porque si era por su madre, Odette podía jurar que la vio llorar solo una vez, lagrimas que le parecieron bastante fingidas, y si era por su hermanos, ellos parecían estar más ansiosos para que llegase el día de la lectura del testamento, que preocuparse por tontos sentimientos como la tristeza. Luego en menos de un año de la muerte de George, las cosas cambiaron drásticamente en la familia Thompson, su madre lo primero que hizo fue vender las yeguas de Odette, decía que no eran necesarias, y la chica como todavía no se recuperaba por la repentina perdida, le importó muy poco, lo segundo que hizo Elizabeth, fue quitar todas las fotografías de George de la enorme casa, incluso las que salían todos en familia, ella decía que no quería verlas porque le traían recuerdos agridulces, ese detalle Odette tampoco le tomó mucha importancia, pero lo que si le molesto fue que, a tan solo cuatro meses después, Elizabeth se volvió a casar con su amante, la noticia de la boda fue tan repentina y descarada, que los rumores de infidelidad entre la pareja fueron más que evidentes, rumores que a la mujer no le quitaron el sueño, porque de manera sínica, el nuevo esposo se mudó en la casa familiar, la pelirroja se negó rotundamente y no dejó en duda su enorme molestia, parte de la familia de George también hicieron lo mismo, razón por la cual la chica prefirió irse a vivir con sus abuelos paternos, no deseaba permanecer un solo día con su madre y su nuevo... esposo, para ese momento Odette tenía 13 años. Cuando la jovencita tenía 15 años, sufrió otra perdida cuando su abuela murió de un infarto fulminante mientras dormía, y luego pasados tan solo dos meses, su abuelo también muere por no poder soportar el fallecimiento de la que fue su esposa por 45 años, Odette siendo tan pequeña para la sociedad para poder valerse por sí misma, y al no querer vivir con su madre, se muda a Europa con su tío paterno Richard, con el cual no dura demasiado tiempo porque no soporta a sus molestos e inmaduros primos, la joven sin otra opción factible a la cual recurrir porque ella detestaba a su familia materna, no le queda otra opción que regresar a su antiguo hogar, su madre no la recibe con los brazos abiertos y mucho menos sus hermanos, los cuales no escatimaban mostrar el poco aprecio que le tenían a su hermanita que para ese entonces ya había cumplido los 16. Ahora Odette a sus 17 años, solo esperaba el maravilloso momento para cumplir la mayoría de edad y así irse muy lejos de su madre y hermanos, la chica alegre había quedado en el pasado, Odette se había creado una coraza de "autodefensa" para sobrellevar sus "problemas", convirtiéndose así para el resto de las personas en una muchacha fría, sin sentido del humor e incluso amargada para algunos, sin ellos conocer que realmente en el fondo Odette se sentía resentida y decepcionada con la vida porque está a pesar que le había dado todo lo que deseaba, en lo referente a los bienes materiales, sentía que nada importaba porque le había arrebatado a las personas que más quería, negándose continuamente a sí misma cerrar ese capítulo que pese a todo el dolor que sentía, ya era momento de superar para poder seguir adelante. *** La pelirroja después que se quitó su uniforme quedó solo con sus bragas, a ella no le gustaba usar pijamas y muy pocas veces usaba ropa cuando se encontraba encerrada en su habitación, sin mencionar que tampoco usaba sostén, porque no tenía demasiados senos, la chica se tiró en su cama revisando su teléfono celular sin demasiado entusiasmo, cuando recordó la foto que le había tomado a Andrew en la mañana, por estar tan ocupada en su día no se tomó el tiempo para verla, y ahora que se encontraba desocupada, buscó la foto para verla sin miedo alguno, la imagen la acercaba y la alejaba, detallando aún más los rasgos del chico de la calle, observando divertida la expresión de tonto que capturó en ese momento la cual la hizo sonreír. - Andrew... oh, no le pregunté su edad... mañana lo haré, seguramente no les hizo caso a mis reclamos tontos y me lo encontraré durmiendo en la banca como hoy - Murmura para ella misma mientras observa la imagen con encanto.
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