Esposa de un hombre de piedra

Capitulo 2.

Capitulo 2.

*preparativos.

Claudia se levanta de la silla notando que él ni siquiera la determina, camina con lágrimas apuntando a salir, en cuanto se empieza a cerrar la puerta tras su salida no puede evitar apoyarse de ella ante lo débil que siente su cuerpo, ¿Qué fue todo eso? Apenas puede asimilarlo, en cuanto se cierra la puerta se mueve para huir de ese lugar sin notar que el collar de su abuela se queda atorado en la puerta y se rompe al ella moverse. Claudia camina, casi corriendo llega al elevador donde se limpia una lágrima que brota por su mejilla, hubiera preferido que la dejara plantada, vamos, esto fue lo peor que le ha podido pasar. En cuanto Claudia está cerca de su coche su chófer la ayuda a subir. Al estar a pocos centímetros del lugar Claudia nota que ha perdido su collar, no puede volver ahí, sus nervios no la dejan moverse.

Al llegar a casa, como de costumbre sus padres no están, esto la ayuda a tratar de calmarse, no sabe que pensar y sin detenerse saquea el refrigerador sacando golosinas y helado, se siente fatal, se acomoda en la cama sacando de la gaveta la foto de su príncipe, aquel príncipe que solo existe en su mente, porque el hombre como lo hoy no es nada parecido a lo que ha idealizado, un hombre creado por los dioses, pero de un corazón de piedra, cada sentimiento que surgió en ella por él fue pisoteado por sus palabras frías y arrogantes.

Sabe que esto tiene que enfrentarlo sola, no puede decirle a nadie de lo que sucedió en su encuentro, el hombre que parecía conocer no existe, no sabe de lo que sería capaz Andrew, no quiere lastimas a su madre ni a su padre que lo ven como un ídolo, un hijo más, puesto que ellos si han pasado tiempo con él y su padre lo adora, no sabe cómo va a manejar está situación, pero encontrará la manera.

Claudia no es la única abatida por ese encuentro, Andrew no puede evitar pensar en lo hermosa que se veía, ese vestido acentuaba perfectamente sus atributos, su color favorito no le podría quedar mejor, combinaba con sus hermosos labios rojos carnosos, sin duda llamo su atención por completo y eso lo inquieta, porque odia que se lo pongan difícil, no puede pensar en ella más que una copia exacta a su padre quien desea someterlo y ella es su arma para que él se rinda frente a él, pero las cosas no serán tan fácil, si creen poder dominarlo tendrán que pensarlo mejor, ella será su esposa y deberá regirse a sus condiciones como tal nada más a lo que él deseé.

Andrew está revisando las casas que su madre le envió para que eligiera dónde vivirá con Claudia, elije la más grande, así ella podrá vivir al otro lado de la casa y él del otro lado, no piensa darle la oportunidad de nada en absoluto, solo su presencia le causa molestia por el simple hecho de que sea cómplice de esta locura, no le gusta ser obligado a nada y ella no será la excepción. Andrew aunque trata de negarlo no puede sacarla de su mente, su olor a quedado en el lugar y eso lo desequilibra un poco, es un hombre amante a las mujeres y sabe reconocer una belleza cuando la tiene frente a él, esos ojos verdes se clavaron en su mente y no le permiten trabajar, se levanta para hacer su inspección de rutina, trata de abrir la puerta para salir, pero no puede, algo la tiene presionada y la jala con fuerza notando su collar sobre el suelo, al agacharse confirma que es de ella, lo admira por unos segundos y sin pensar en lo que hace lo guarda en su bolsillo. «Esto no significa nada Andrew» Se dice tratando de ignorar el hecho de que su mente batalla por borrar la imagen de ella de su cabeza.

Andrew se dispone a salir de la oficina, está listo para seguir con sus, en ellos está la idea de darle empleo a Jimena, tenerla cerca será su dopamina y la necesidad de tenerla aumenta con cada recuerdo de Claudia. Jimena sabe cómo controlar sus emociones y mantenerlo arraya, tener sexo con ella es como un vicio, como una droga, que aunque no quiera siempre cae con ella y como siempre quiere, no tiene problemas con tenerla cerca, así que la llama para que se presente en la empresa con el currículum y la documentación. Jimena no demora en llegar, el hecho de que la contraté como su asistente personal la emociona, le deja saber que ella será esa marca entre ellos, un juego sin final.

— Pensé que no me llamarías nunca, ya me estaba aburriendo en ese departamento vacío. — Dice pasando su mano por su entrepierna.

— No te preocupes, pronto tendrás mucho que hacer, no olvides lo que hablamos, la idea de que trabajes como mi secretaria es para estar mas cerca, pero eso no significa que no debas preocuparte por ti puesto, mi padre estará sobre ti en todo momento y no quiero que haya errores.

— No los abran, ya lo practicamos, va a funcionar, ya lo verás, nadie notará que te follas en la oficina con tu nueva secretaria.

Jimena lo besa buscando encenderlo y cuando lo hace los resultados son los que ella espera, lo único que la incomoda es que su hombre nunca va a la guerra sin protección, es algo que aún sigue manejando de la relación en secreto que tienen.

*

Un nuevo día nublado abate a la ciudad, Claudia está en casa, hoy la vendrá a visitar un buen amigo de la universidad, se han mantenido en comunicación desde su graduación y su separación, hoy por fin se verán de nuevo. Deivid Whanfor es su mejor amigo, un hombre de la comunidad gay, nadie lo sabe más que ella y él, el hombre es guapo y de muy buen corazón, es su tumba, ella puede contarle lo que sea y él siempre guardara el secreto, sin duda son los mejores amigos.

—Buenas, ¿Dónde está la reina de está casa? —Dice acercándose con alegría a Claudia quien lo recibe un poco emotiva.

—Hola, cariño. Te extrañé un montón —Dice Claudia dándole un fuerte abrazo.

—Lo sé, pero ya nos pondremos al día, ahora vamos, te invito a comer al restaurante de un amigo. — Dice con emoción Deivi emocionando un poco a Claudia.

—Ok, ayúdame a arreglarme y nos vamos.

Ambos caminan emocionados a la habitación, Deivi le ayuda a plancharse el cabello y hacerle ondas, la ayuda a buscar su ropa sacando un vestido corto color beige, unas sandalias negras y una chaqueta del mismo color, se ve hermosa con su maquillaje profundo resaltando su mirada profunda.

—Te ves para matar. Cualquier hombre quisiera tenerte, niña hermosa —Le dice estrechándola entre sus brazos. —Vamos, vamos querida, te encantará el lugar estoy seguro.

Ambos salen de la casa al dar las 12 pm exactamente, con el tiempo un poco nublado suben al coche recorriendo el centro de la ciudad, pasan por el llamativo edificio de Andrew que Claudia nota algo incómoda y cruzan dos calles hasta llegar al famoso restaurante el cual Deivi quería traerla, conoce al dueño así que ya tienen una mesa en la mejor vistas del restaurante. Ambos se sientan en la mesa y piden algunas bebidas mientras se deciden a ordenar la comida.

—Cuéntame, ¿Qué has hecho en mi ausencia? ¿Ya llegó tu prometido? ¿Qué tal te fue en su primera cita? Cuéntamelo todo, ponme al día cariño. — Deivi la bombardea de preguntas y Claudia no hace más que mirarlo incomoda.

—Hay Deivid, es una historia muy larga y triste — Dice abatida.

—Cuéntamelo, saca todo de adentro, que esto te hará daño si lo mantienes ahí.

—Bueno, esperé toda la semana por su llegada y cuando al fin lo hizo, mi madre me ayudó a arreglarme para verlo, usamos lo más caro y hermoso que encontramos para deslumbrarlo y cuando fui a esperarlo al restaurante indicado, me dejó plantada.

—¿Qué? ¿Cómo es posible? ¿Me estás hablando del mismo Andrew por el cual sacrificaste toda tu adolescencia para prepararte para él?— Deivi está sorprendido de lo que ella le cuenta.

—Sí, y no solo eso, me citó en su oficina y también me vestí más hermosa que nunca, pero la reunión solo duró unos segundos, en todo el momento nunca me dedico una sola mirada, como si no le importará en absoluto. Además, fue muy cortante y seco, ¿Cómo es posible que el hombre del cual me enamoré sea solo un sueño mío? Es increíble ver la diferencia de lo que siempre me decían a lo que en realidad es. Siempre me pareció extraño que nunca nos escribiéramos y ya veo la razón, él no me quiere, todo esto es un caos —Expresa Claudia muy abatida.

—Tranquila cariño, ya verás que cuando estén casados todo será diferente, no puede resistir a tanta belleza tuya, créeme, caerá loco por ti, quizás sea la presión de todo lo que está pasando, no te preocupes. —Dice tomando su mano.

—Espero que sea así, porque si no, no sé qué será de mi matrimonio.

—Vamos, levanta ese ánimo que eres bella y fabulosa, y si a él no le gustas puedes divorciarte y buscarte otro cariño —Dice guiñándole el ojo sin saber que su contrato matrimonial tiene un largo plazo de espera.

Están comiendo muy a gusto, riendose de todas sus bromas, mientras Deivi le cuenta sus historias del trabajo, Claudia no puede dejar de sonreír, hasta que ve entrar a Andrew al restaurante de la mano de una joven muy hermosa, se sientan y Claudia puede notar la sonrisa que la chica le dedica a Andrew. Deivid se da cuenta de la expresión de Claudia y se voltea notando el motivo de su actitud.

Claudia intenta esconderse para que Andrew no la vea, pero él ya la había notado y al verla sonreír con otro hombre en un lugar tan concurrido lo irrita, Jimena trata de calmarlo y ambos ignoran lo que está sucediendo. Claudia no deja de ver lo cercano que son Andrew y Jimena, no sabe que son y se angustia, su expresión llevaba a Deivi a tomarla de la mano para darle apoyo, ella no puede creer lo que está sucediendo, mañana tendrán la cena de compromiso, esto la abate tanto que se levanta de la mesa. Deivi la toma de las caderas apoyándola hasta la barra donde se detienen para cancelar la cuenta, Deivi la deja un instante para despedirse de su amigo y disculparse ante su pronta partida, dejando por unos segundos a Claudia sola, lo que le da a Andrew la entrada perfecta que deja a Jimena en shock.

— ¿A dónde vas? Andrew. — Dice en susurro.

Andrew no la escucha, camina ante su coqueta prometida quien se voltea tropezando contra su pecho que la recibe mientras su mirada se fija en ella de manera fría.

—¿Qué crees que haces?— Le dice frunciendo el ceño.

Sus miradas se unen y Claudia toma valor para enfrentarlo.

—Lo mismo que tú, vine a comer —Responde con arrogancia tratando de alejarse sin éxito.

—Vamos cariño, ya está todo lis… — Deivi queda sin palabras al ver la escena.

—Vete a tu casa. — Dice en tono fuerte Andrew arrojando a Deivi una mirada escalofriante.

—No recibo tus órdenes, si tanto te molesta mi presencia puedes seguir tu camino que muy bien acompañado estás.

—No es asunto tuyo con quién yo este, ya te dije que te vayas a tu casa ahora.

—¿O qué Andrew? — Dice Claudia Cruzándose de brazos.

Andrew pierde la paciencia y la toma de la mano sacándola del lugar.

— ¿Qué demonios haces? Suéltame, Andrew…— Andrew no la escucha.

— Sube…— Ordena muy enojado.

— No quiero.

— Sube al coche Claudia. — Ambos se miran y Claudia sin más sube al coche.

Andrew sube y pasa seguro a las puertas para que ella no salga, enciende el motor del coche y acelera sacándola de ese lugar.

—¿Qué crees que haces? ¿Te has vuelto loco? ¿Ahora sí merezco tu atención? —Expresa Claudia muy enojada.

—¿Qué diablos haces tú en un restaurante tan concurrido con otro hombre?

—Lo que a mí me dé la gana, eso no es asunto tuyo. Mientras no estemos casados no estoy incumpliendo el contrato, además tú también estabas muy bien acompañado de otra mujer.

—¿Qué clase de mujer eres? ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera?

—Te hablo de la misma manera que tú me tratas Andrew, ¿Por qué no hablas con tus padres si para ti esto es un chiste? Sacrifiqué toda mi adolescencia por ti y para ti y tú ni siquiera te dignas a mirarme. Además, eres tan arrogante y prepotente que lo único que haces es irritarme.

Andrew frena deteniendo el coche.

— Ojalá las cosas fueran tan fáciles como las dices, entre los dos yo sería quien más perdería y eso no lo voy a permitir, así que te guste o no las cosas se harán a mi manera.

— Eso lo veremos Andrew, tu eres mi prometido, más no mi dueño, esto es un maldito error.— Claudia le quita el seguro a la puerta y se baja del coche.

— ¿Qué dijiste?