Uniendo sueños
725 Palabras
Entonces si hacemos eso ellos volverán a recordarse?
- Por supuesto
- ¿Eso no es ilegal?
- Cup, estás pasando mucho tiempo entre los humanos, que no se te olvide que un ángel puede hacer todo lo que esté en sus manos para cumplir su misión, como lo dijo un bicho “a tiempos desesperados medidas drásticas”
- ¿Un bicho?
- Si, un día escuché a dos humanos decir que un bicho muy popular había dicho eso, como ha avanzado la tecnología que los humanos ya pueden entender lo que dicen los animales
- No señor amor, no es un bicho, es un dicho, son expresiones que utilizan los humanos para dar a entender algo
- Estos humanos como les gusta complicarse
Aquel día mientras el sol se despedía de la luna con su última cálida caricia de su luz, el señor amor le daba un poco de poder a cupido para poder realizar el plan que tenían en mente.
Cómo la velocidad de la luz cupido pudo viajar a ambos lugares, derramando una especie de niebla roja en la cabeza de sus objetivos, segundos más tarde a la orilla de una playa bajo los rayos plateados de la luna llena, Itzie parecía una hermosa sirena emergiendo, Oscar no podía moverse, itzie se veía más hermosa que nunca, las mariposas de su estómago habían invernado demasiado y volvían a retomar el vuelo con más intensidad que antes, volaban en círculos como intentando salir de su cautiverio, un huracán desenterraba aquellos sentimientos que habían terminado enterrados con el paso de el tiempo;
En ese momento no existían obstáculos, los pensamientos negativos, los malos entendidos y el ego se habían hecho a un lado, está vez nada que le impidiera acercarse a ella.
Para Itzie era la primera vez que después de varios meses tenía un sueño tan lindo, ella la luna y el mar, la luna iluminaba el océano con gran intensidad que el mar se radiaba hermosos tonos azulados que parecían pequeños diamantes arrojados a la orilla de el mar.
La belleza de el mar animaba a Itzel a entrar y explorar las aguas, ella no pudo resistirse, entro al agua y de inmediato sintió como una paz la envolvía, los temores se habían ido solo quedaba ella y el mar y una radiante luna, regreso a la orilla, los pequeños diamantes azulados de el agua se impregnaban en su ropa haciéndola ver demasiado hermosa, como el mar tuviera conciencia de lo que iría a pasar, la luna fue testigo de la conexión de dos miradas de dos personas que hace tiempo estuvieron enamoradas, él se acercaba lentamente a ella, tan seguro de si, la luna lo iluminaba haciéndolo parecer todo un príncipe de cuento, ella no se había sentido más nerviosa, su corazón empezó a latir tan fuerte que por un momento pensó que se le saldría de el pecho, no entendía como ese chico era el único que podía hacer latir su corazón de esa manera, cuando se dio cuenta él ya estaba frente a ella.
La mirada de ellos decía más que las palabras, los ojos de ella eran como dos lucero brillantes y los de él como los de un lobo dispuesto a atrapar está vez a su presa, no se hizo esperar más el fue quien movió su primera pieza
- Hola
- Hola
Aquella voz que casi no recordaba movió todo en su interior, las ganas de abrazarla, besarla, decirle lo mucho que la extrañaba pero como comenzar a decirle eso sin que ella lo tomara como un atrevimiento y de repente no sabía ni que decirle la mente se había puesto en blanco cuando ella se acercó más a él, lo único que pudo salir de su boca fue.
- hace frío ¿Verdad?
Ella sonrió recordando la primera vez que hablaron, la primera vez que sintieron algo que jamás habían sentido
- No por que mis manos no se están congelando
- Pues que mal
Ella fruño el seño, dando a entender que no sabia por que Oscar decía eso, el lo entendió
- Por qué no voy a tener pretexto para tomarte de la mano
Ella sonrió
- No necesitas pretextos para tomar mi mano
Ella lo abrazo y el lugar donde se encontraban desapareció solo existían el y ella en ese momento
- Autor
