CAPITULO 6

1595 Palabras
ALESSIA Me encontraba con Laura en la cafetería de la universidad, habíamos terminado las clases y agradecía eso. La semana había ido de la mierda. Con las constantes peleas con el imbécil de Lucifer, las constantes tareas que me dejaban en las clases, el extrañar a mi novio, y todas mis emociones al límite, me sentía agotada. Lucifer no dejaba de hacerme desaires, ni siquiera sabia porque le desagradaba tanto, cada vez que su amigo el pelirrojo intentaba acercarse a Laura y a mi este hacia cualquier comentario burdo o simplemente nos ignoraba olímpicamente. Dejé el tema de que fue el que me salvó aquella noche, ya que cuando hacía mención del suceso me trabaja de loca, acosadora, maniática, me decía que era como rara y que dejara de intentar ligar con él – Como si el imbécil me gustara – Lo que tiene que guapo, lo tiene de arrogante, egocéntrico, pedante, narcisista, no es nada amable, cree que él mundo gira en torno a él y que los demás simplemente vivimos arrendados. Comenzaba a fastidiarme su manera tan hijo de puta de ser. No entiendo como todas las mujeres se mueren porque se las folle, a mi parecer, no lo hace tambien, debe tenerla hasta chiquita y eso lo compensa con su enorme ego. -¿En qué tanto piensas Ale? – La voz de Lau, me sacó de mis vagos pensamientos. Aclaré mi garganta, no queria decirle que mi mente se había ido a la manera en que Lucifer follaba. -¡Nada, en especial! Estoy agotada, extraño y mi novio y quiero salir a bailar. Le respondo encogiéndome de hombros. -Lo de salir a bailar puedo solucionarlo – Hizo el gesto como si estuviera pensando – Lo de tu novio si me queda difícil. -Con que soluciones lo de salir a bailar está bien. Le respondí con una gran sonrisa. Me encantaba bailar. -¿Quién irá a bailar? Y sobre todo ¿Quién tiene novio? – La voz del pelirrojo se hizo sentir. Venia solo, era un milagro, ya que no se le despegaba a Lucifer ni para ir al baño. El chico tomó asiento al lado de Lau, al parecer le agradaba mi amiga, porque siempre la veía de una manera especial, la contemplaba, la admiraba, era como si cada vez que ella hablara o hiciera alguna acción este se hipnotizara con ella. -Ale tiene novio y quiere ir a bailar. Vi el gesto de desagrado por lo primero que dijo Lau, pero lo ignoré. -Que mal que tengas novio – Me dice con esa sonrisa coqueta que suele poner. -Pensé que te gustaba Lau – Le digo divertida. Veo como se ahoga con lo que sea que esté tomando, se pone incómodo y su rostro se torna rojo. Laura suelta a carcajada. -No sé de qué me hablas... - Aclara su garganta – Ambas son hermosas. Asi que no es pecado mirarlas y contemplarlas. -¡Ah! Entonces pensé mal – Le digo con una sonrisa en el rostro. -Podemos ir a bailar, conozco un buen lugar, yo las paso a recoger – Intenta cambiar el tema. Hago un gesto de desagrado, si él va, eso significa que Lucifer tambien iría, y no tengo ganas de soportar sus estupideces. -¿Quieres? – Laura me mira con ojos de cachorro a medio morir. Sé que a ella tambien le agrada el pelirrojo, se le nota, solo que ambos son tan tercos o son ciegos que no se dan cuentan. -Está bien – Me levanto del asiento – Pasen por mí a las 09:00 p.m. -¡Bien! – Dice con emoción el pelirrojo. Laura me da una gran sonrisa. Creo que esta noche haré de mal tercio, porque con lo que conozco del demonio aquel, no querrá ir si sabe que yo voy. Salgo del lugar y camino a una de las aulas donde dejé mis cosas para poder irme, quiero ir de compras, antes de la esperada noche. Ya que pienso beberme todo lo que se me ponga en frente y bailar hasta desgastar mis zapatos. Camino por los pasillos de la universidad, están ya quedando vacíos, la mayoría se ha ido o están en clases. En eso escucho unas voces, me detengo en seco, son - ¿Unos gemidos? – Pero que mierda. ¿Están cogiendo en un aula? Debo decir que la chica no es nada silenciosa, el están dando duro. Quiero seguir caminando e ignorar la cuestión, pero mi lado voyerista no me deja continuar. Que puedo decir, me gusta el chisme. No engorda, ni alimenta, pero como entretiene. Sigilosamente me voy acercando al salón. Cuando me acerco un poco más las voces se siente con más fuerza, el choque de los cuerpos comienza a sentir - ¡Dios mío! Están partiendo a en dos a esa chica – Quien sea que esté con esa chica, no es nada delicado. Noto que la puerta está entre abierta. No tienen vergüenza, ni la puerta son capaces de cerrar. Me asomo por la abertura, y puedo ver a un hombre de espaldas, su altura, su espalda ancha, su cabello n***o como la misma noche, sus piernas bien torneadas se mueven con fiereza, la chica está de espaldas a él, sus pechos pegan con el escritorio. Esté tiene a la chica agarra del cabello y una de sus manos la sostiene por la cintura. Le está dando con todo lo que tiene. Trago grueso, los gemidos que da la chica, me hace deducir que el chico la está follando de maravilla, sus embestidas son salvajes puedo notarlo. Trago grueso, mi cuerpo es recorrido por una corriente que no logro explicar, las manos comienzan a sudarme y la garganta se me seca, mi centro comienza a palpitar. ¿Estoy mojando las bragas? Tiene que ser una broma, no me puede excitar ver como un chico folla a otra chica. Mi mente está jugándome una mala pasada. Mi cuerpo parece tener voluntad propia, ya que mi mano sigilosamente abre un poco más la puerta, para ver bien la escena. Sigo tragando grueso, el chico la toma con más fuerza, mientras la chica le pide más, pero este chico se me hace conocido, su cuerpo, su espalda, su mano, su cabello, aunque está de espaldas puedo reconocerlo. ¿Lucifer? Si. Es él... Ese demonio se está follando a una chica en una de los salones de clases. Y la chica le está pidiendo más, aun cuando esté le está dando fuerte. Me quedo paralizada, me quiero mover, huir de aquí, pero es como si mis pies se hubieran anclado al piso y me cuerpo se negará a irse, mis ojos siguen clavos en aquella escena, mis oídos siguen escuchando los gemidos de la chica, y los gruñidos masculinos de él, escucharlo jadear, hace que sea un rio, mi centro palpita, tengo que cambiarme las bragas. Lucho con la movilidad de mi cuerpo, no quiero que se dé cuenta que los estoy expiando, esto sería otra burla de él para mí, si de por sí, dice que lo acoso, ahora que me descubra viendo como folla seria mi fin. -¿Te gusta lo que estás viendo? – Abro mis ojos. Dirijo mi mirada hacia su rostro y lo veo con una sonrisa maliciosa en el rostro, sus ojos estas oscuros, el gris de sus ojos se ha perdido y ahora solo hay una oscuridad abismal, hay deseo, rabia, ira, y lujuria en ellos. Me detalla de arriba abajo, se relame los labios sin dejar de embestir a la chica. Veo como juega con el aro que adorna su labio inferior, eso lo hace ser un maldito pecado, hecho persona. Ella intenta moverse, pero esté le clava la cara en la madera del escritorio. -Te hice una pregunta ¿Te gusta lo que ves? Como pretende que le responda, mi cuerpo está en trance, mi cabeza no puede formular ninguna frase, muerdo mi labio inferior con fuerza hasta sentir el sabor a cobre en mi boca. Si. Me gusta y muero por ser yo esa chica. Mi cabeza responde, pero no voy a decir eso. -¿Te quedaste muda principessa? – Su tono salvaje, dominante y rasposo hace que mi cuerpo se erice. Sonríe nuevamente, veo como agarra el cuello de la chica y se introduce en ella sin compasión. La chica suelta un grito, no está siendo nada delicado. -¿Quieres unirte a nosotros? – Su mirada me tiene helada, es una mirada que no sé cómo describirla. Esa no es la mirada de un humano, es la mirada de una bestia salvaje, de un completo demonio. -Si no vas a unirte, ni tampoco vas a decir nada, es mejor que te largues de aquí. Quiero terminar con esto y verte allí me desconcentra. Se gira nuevamente y sigue embistiendo a la chica. Yo me doy una cachetada mental y como puedo salgo de aquel lugar. Corro lo más rápido que puedo, necesito salir de aquí. Llego a mi auto, entró lo más rápido posible y cuando estoy sentada frente al volante, pego un grito. ¡Estúpida! ¡Estúpida! Y mil veces estúpida. ¿Cómo me quedé allí? ¿Por qué no me podía mover? Por más que luché mi cuerpo se sentía extasiado por lo que estaba viendo, mi centro queria ser el que estuvieran embistiendo. ¿Qué estoy pensando? Tengo novio y lo amo. Me voy a mantener alejada de ese maldito demonio. Eso es lo que tengo que hacer. No voy a caer en su juego.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR