De todos los años que Rhory había vivido al lado de Shirley, nunca, jamás en la vida, la observó pelear con alguien más. Sí, presenció innumerables de veces como discutía y se burlaba de otros, pero nunca llegaba hasta el punto de realmente utilizar sus manos, en lo que no era más que una guerra de quien lograba tirar con más fuerza el cabello del contrario. Generalmente, cuando Shirley llegaba tan lejos, era su madre quien interrumpía y solucionaba todo sin que su princesita adorada terminara lastimada de ninguna forma. Pero en ese momento, frente a Colette, Shirley no tenía a nadie a su lado que la defendiera o terminara dicha pelea que estaba perdiendo penosamente. Los gritos que comenzaron llenos de furia lentamente pasaron a chillidos asustados, luego pasaron a unos de dolor y en e

