9 Ivy, legión Astra, cuarteles privados de Zenos Me sacudí. El agua caliente se derramaba sobre mí, pero el calor no hacía nada para calmarme los nervios. La adrenalina se iba desvaneciendo, dejándome irritable y nerviosa. Había matado antes, en batalla, en misiones, pero jamás con esa cruda furia. Rodeada por aquellos tipos de Cerberus, tuve una sed de sangre tan intensa que estuve híper concentrada, casi desesperada por destrucción. Y la causé. Puede que no hayan sido los involucrados directos en la intoxicación de mi unidad con quell, pero la aprobaban. Permitieron que pasara. Eran cómplices, los responsables por las muertes de mi unidad, de mi sufrimiento; de las cicatrices que llevaba como marcas de vergüenza. Y que Dios me ayudase, vi la cara de Zenos cuando la mujer, Jillela, me

