Dado que, a partir de ahora, tendrá acceso a mucha información altamente sensible y confidencial, debo advertirle que un equipo está instalando un par de cámaras dentro de su apartamento personal en este preciso momento. La misión comienza en cuanto empiece a repasar los detalles con usted. ¿Está claro?
Tragué saliva.
Allí se fue mi espacio personal.
Aunque estaba muy emocionado.
Obviamente, yo también tenía un poco de miedo, ¿quién no lo tendría? Aun así, ya me sentía como un espía de película.
—Está muy claro, señor. Y estoy listo. Llevo años listo.-
Había sido una apuesta del Departamento de Policía y del FBI asignarme esta misión y yo estaba muy consciente de que el mes pasado había sido una prueba de la vida real para ver si era un buen candidato.
Muchos de mis colegas mayores (incluido Foster) no entendieron el motivo por el cual me enviaron, precisamente a mí, a una misión secreta y crucial.
Yo era el pequeño inmaduro de la oficina, ciertamente no el policía más experimentado ni el más sensato.
Aunque nunca lo admitiera en voz alta, a veces yo mismo me sorprendía de haber tenido esa oportunidad.
¿Por qué yo?
Pero créanme, para asegurarse de que habían tomado la decisión correcta, me hicieron pasar por muchas pruebas.
Durante semanas, pusieron a prueba mi compromiso, mi resiliencia y mi comportamiento bajo presión para evaluar si podía ceder.
Me interrogaron en múltiples ocasiones. Me proporcionaron información secreta falsa para ver si revelaba algo. Usaron a algunos de mis compañeros para ponerme a prueba o chantajearme.
Incluso llegaron al punto de organizar un falso secuestro en mi casa, irrumpiendo en mi habitación en mitad de la noche mientras yo estaba durmiendo.
Para ser justos, puede que esa haya sido una idea de mis compañeros para vengarse de mí. Foster iba a la cabeza.
Como estaba completamente desnudo, cuatro hombres musculosos me pusieron una máscara en la cara y me arrojaron a una camioneta oscura.
Eso fue inquietante por decir lo menos.
Durante largas horas, no supe si era parte de la prueba o si realmente me estaban secuestrando. Por suerte, al poco rato reconocí a uno de mis compañeros entre los "secuestradores".
En cualquier caso, tenía que permanecer quieto y, lo más importante, nunca actuar impulsivamente.
Probablemente el desafío más difícil para mí fue resistir sus tentaciones.
Como ya mencioné, me pidieron que permaneciera completamente soltero durante mi "periodo de prueba". Ni siquiera me permitieron tener un polvo rápido con una extranjera.
Tal vez con razón, mi tendencia a escuchar primero a mi polla y después a mi cerebro era lo que más les preocupaba en lo que respecta a mi futura misión, y enviaron muchos cebos para atraparme.
Mujeres atractivas se acercaban a mí en varios lugares públicos, coqueteando, tratando de entrar en mi cama (o en un baño vacío).
Mis compañeros conocían mi estilo y sabían cómo darme un ladrillo sólido en mis pantalones.
Yo era un hombre sencillo: rubio, con grandes pectorales y un culo prominente.
Para mi sorpresa, entre las tentaciones también había algunos hombres.
Supongo que el Departamento de Policía había averiguado algo sobre mí gracias a mi historial de investigación en internet. Les había dado pleno consentimiento para acceder a todo, ya que no tenía nada que ocultar.
Mis raras incursiones en el porno bisexual pueden haberles dado la idea de enviarme chicos guapos, una vez que había rechazado a todas las mujeres hermosas.
La verdad era que nunca había tenido sexo con un hombre. Ni siquiera una mamada.
Esos "pensamientos gay" eran más bien fantasías sucias que albergaba cuando me estaba aburriendo un poco de la pornografía normal.
Nunca me había tomado en serio mi posible atracción por los chicos.
Incluso cuando mi pene se movió al ver el trasero respingón de un hombre metido en un par de jeans ajustados, lo atribuí a mi excitación general y a mi conocida capacidad de lucir una erección espontánea en casi cualquier circunstancia.
Tuve un buen amigo durante el entrenamiento policial que tenía chicos gays chupándole la polla regularmente.
Años después, sigue siendo un arrepentimiento mío el no haberlo intentado.
Fue una estupidez, simplemente no quería que me llamaran homosexual o algo así en ese entonces, y seis años después, pensé que había perdido mi oportunidad.
En retrospectiva, ahora está claro que los hombres enviados para seducirme no tenían nada que ver con mi historia de investigación, sino todo que ver con la misión que vendría después y con estudiar mi reacción ante un chico que coqueteaba conmigo, pero en ese momento, no tenía idea.
En cualquier caso, no sucumbí a ninguna tentación y superé todas y cada una de las pruebas.
Había demostrado mi valía; estaba listo para cualquier tipo de misión encubierta.
—Comencemos entonces-, anunció Gordon formalmente.
¿Qué iba a ser?
¿Iba a interpretar a un gánster o quizás a un empresario? ¿Empezaría infiltrándome en la pandilla desde abajo, ascendiendo hasta la cima, o ya habían encontrado la manera de acercarme a los peces gordos? ¿Quizás me enviarían a prisión para hacerme amigo de algunos criminales?
Para empezar, Gordon puso un pasaporte estadounidense sobre el escritorio.
Mi nueva identidad.
—Ryan Smith.- Leí.
No pudieron haber encontrado un nombre más común.
—Para que la historia siga su curso y te sea más fácil, Ryan Smith no es tan diferente de Kyle Boone-, explicó Gordon. —Al igual que tú, Ryan tiene 25 años, nació y creció en Dallas, Texas, con la única diferencia de que, en lugar de unirse a la policía, Ryan ha seguido trayectorias profesionales más cuestionables".
—¿Drogas?
—No exactamente. A partir de ahora, eres stripper.
Solté un grito ahogado, lo cual fue totalmente innecesario delante del capitán Gordon.
Me arrepentí inmediatamente de mi reacción.
—¿Una stripper, señor?
—¿Hay algún problema con eso? ¿Sigo con el informe o necesitas un momento para recomponerte?
Definitivamente él no estaba contento conmigo allí mismo.
—No... quiero decir, por supuesto, continúa, por favor.
—Nuestro objetivo se llama Artem Kravchenko, de 28 años, hijo de Andriy Kravchenko. La familia emigró de Ucrania a Estados Unidos hace más de veinte años y desde entonces ha construido un gran imperio. Su principal conexión es con los cárteles de la droga mexicanos, pero también colaboran estrechamente con europeos gracias a su histórica red en el continente. El cabecilla sigue siendo Andriy, pero es prácticamente intocable, a diferencia de su hijo, quien parece ser el objetivo más efectivo e interesante para nosotros.
Gordon me mostró algunas fotografías familiares de los Kravchenko.
Algunos los mostraban en lujosos palacios, mientras que otros los mostraban en clubes de sexo de mala muerte. En algunas tomas, Andriy, el patriarca, sostenía dos rifles de asalto, uno en cada mano.
Sexo, drogas y rifles, la combinación habitual.
Artem, el objetivo designado, era rubio con penetrantes ojos azules. Poseía una innegable niebla o aura.
En todas las fotos, parecía una estrella de cine o un modelo. Era alto y delgado, bastante delgado, pero no por ello desmerecedor.
Al contrario, él era ese nuevo tipo de belleza, la que se ve en las revistas hoy en día.
En forma, sí, pero sin ser excesivamente musculoso. Era todo elegancia y chic, lo opuesto al típico americano de aspecto masculino.
Lo opuesto a mí, en cierto modo...
Yo era la típica rata de gimnasio sureña cuando Artem hubiera destacado entre cualquier multitud.
Su piel era muy pálida, casi como la de un vampiro, pero, una vez más, eso solo le daba un toque más distintivo.
—¿Qué espera exactamente de mí?—, le pregunté a Gordon.
—Si Andriy se dedica a los negocios, Artem nació en una familia adinerada y desde su adolescencia aprendió a disfrutar de los placeres de la vida. Invirtió el dinero de su padre en varios clubes de striptease y agencias de acompañantes. Sus actividades son semi-legales, pero el dinero claramente proviene del cártel de drogas de la familia, principalmente metanfetamina y heroína. Lo que necesitamos es que te contraten en uno de sus clubes gays y te acerques lo más posible a Artem. Es el único hijo de Andriy y heredero del imperio; si lo atrapamos, los atrapamos a todos.
Por primera vez me sentí un poco incómodo y un poco menos entusiasmado con respecto a mi misión.
¿Clubes gay? ¿Desnudistas?
Las misiones encubiertas podían implicar seducir a un capo de la droga (se podía apostar que cada vez que una chica era elegida para completar una misión, era para dormir y contarlo), pero nunca me había imaginado estar en el centro de un escenario así.
Bueno, yo era solo un tipo. Normalmente no nos usaban como cebo s****l.
—¿Artem es gay?
Por alguna razón, me vi obligado a preguntar.
—Según la información que hemos recopilado, sí lo es. ¿Te supone un problema?
—No...
—¿Estás seguro? Creí que te apetecía algo.
—Lo soy, pero desnudándome, Capitán, no sabría ni por dónde empezar."
—Escucha, Boone. Te elegimos por una razón específica. Entre tú y yo, eres, con diferencia, el candidato más atractivo que tenemos, y sin duda, eres el tipo de Artem. Además, resulta que eres el chico más descarado de la comisaría; hemos visto los vídeos.
—¿Los videos?
—Sí, los TikToks, los reels, todas esas chorradas de las que no entiendo nada. He visto vídeos tuyos envueltos en una toalla en el gimnasio, o haciendo un reto tonto sin camiseta en tu salón. Tu cuerpo ha estado por todo internet. ¡Sabes cómo desnudarte!
Mierda.
Me sonrojé, lo cual, una vez más, no se veía bien.
Ni en un millón de años pensé que el Jefe estaría viendo mis viejas trampas de sed en línea. Solo era una buena forma de conseguir chicas atractivas y de mente abierta por mensaje directo. Nada más.
—Señor, esos vídeos no significan nada.
—Significan que te ejercitas y te enorgulleces de tu cuerpo. No hay nada de malo en eso, Boone. De hecho, han sido muy útiles en la misión. Usamos muchas fotos y videos para crear el perfil de Ryan, y ya está teniendo bastante éxito.
El capitán Gordon me mostró la pantalla de su computadora donde mi vida falsa -la vida de Ryan Smith- ya estaba expuesta en varias páginas de r************* .
Ryan ya había sido creado y, al parecer, estaba prosperando.
—¡Guau! ¿Cómo conseguiste tener publicaciones que se remontan a 2020? ¡Este perfil no existía hasta hace un par de semanas, ¿verdad?! Y, ¡caray!, ya tengo 5 mil seguidores; es más que los que tenía en mi página anterior.
Vi un poquito de satisfacción en el rostro del Jefe.
—Supongo que nuestros equipos de comunicación son mejores que ustedes en marketing. En cuanto a los antiguos puestos, estamos trabajando con las grandes tecnológicas para asegurarnos de que el encubrimiento se desarrolle sin contratiempos. Como puede ver, ya hemos invertido mucho dinero, tiempo e inversión en esta tarea, Boone, esto es muy serio.
—¡Por supuesto, señor! Nunca lo he dudado ni lo he tomado a la ligera.
—Eso espero, por supuesto."
Me da igual enseñar mi cuerpo, pero no soy stripper profesional. Y... bueno, soy heterosexual. Nunca he estado en un club gay.