Salté de la cama.
El texto de Lamar fue preocupante, cuanto menos.
¿Qué había hecho? ¿Qué sabían ellos?
Mientras estaba desnudo como el día en que nací, con semen seco en mis abdominales, mi antebrazo y hasta mi barbilla, hice el gesto de los tres dedos de la mano hacia la cámara de la sala para que el equipo encubierto supiera que necesitaba una llamada urgente.
Como mencioné, ellos eran los únicos que podían y debían comunicarse conmigo.
Me quedé cerca de mi teléfono pero no tuvieron ninguna reacción.
Decidí actuar por mi cuenta y responderle un mensaje a Lamar.
"¿Qué pasa? Puedo estar allí en unos 30 minutos".
"Date prisa entonces, el jefe está aquí conmigo."
¡Diablos!, Lamar no parecía estar bromeando.
No tenía noticias de Peter ni de nadie más del Departamento de Policía, as
