Así es, regreso a Nueva York, pero no sin antes darle una vuelta a greenwell. Me levante temprano, son las 7am y nosotros saldremos a las 8, así que tengo una hora para dar la vuelta por el lugar. Encuentro un starbucks y decido entrar, como es temprano sólo habían cuatro personas, me siento y una muchacha se acerca para tomar mi orden, solo pedí una rosquilla y un Chip Frappuccino. Mientras esperaba, me puse a pensar en todo lo que hice aquí. No puedo creer que halla conocido a esos chicos fantásticos, que yo hubiera sido capaz de participar en carreras ilegales, de enamorarme de alguien y que después me halla lastimado. Son tantas cosas que se quedan aquí y no se si sea capaz de repetirlas. La muchacha llega con mi orden y le doy las gracias. -¿No eres de aquí verdad?- me pregunta.

