Capítulo 7

2065 Palabras
Este es mi último día de trabajo antes de la llegada de mi bebé, mi pancita es ya completamente imposible de ocultar Hannah y Jack parecen estar más emocionados que yo, pero yo estoy algo preocupada. «¿Qué pasa si el parto sale mal? ¿qué pasa si algo me sucede y mi hijo queda “solo”? No quiero que quede en un hogar para niños huérfanos” la verdad es que desde que había visto esa película de “La Granja” creo, que se llamaba, le tome un terror a los hogares de acogida, lamentablemente en la sociedad hambrienta de dinero como en la que vivimos, hasta los niños son objeto de explotación, conviertiéndose en “materia prima” de los ricos y poderosos. Aaah, pero esa no es la cuestión, la cuestión es que los niños están a punto de entrar por la apuesta del comedor y yo estoy completamente perdida en mis pensamientos. — Jackie, ¿estas Bien? — me pregunta Rachelle acercándose, le doy una sonrisa tranquilizadora y le aseguro que todo está bien Ella asiente con algo de duda — Avísame si no te sientes bien — pide y yo asiento nuevamente. La verdad es que siento una opresión en mi pecho por el bienestar tanto de mi bebé como el mío, había leído también tantos artículos en los que muchas madres jóvenes quedaban en la sala de obstetricia y no volvían a salir, sí, lo sé lo estoy haciendo sonar como una película de terror, pero, aunque sea tan positiva, a veces inconscientemente espero lo peor de las cosas para sorprenderme con los resultados reales. Si, se que suena a una lógica estúpida pero es como soy y así he vivido casi toda mi vida, el bullicio en los corredores hace que ponga mi mejor rostro para los niños. Todos van llegando uno a uno al comedor toman sus bandejas para recibir su desayuno saludable y se sientan dónde están sus amigos o compañeros. Recuerdo algunos fragmentos felices de mi infancia, en los cuales yo también iba a una cafetería en la escuela y me sentaba con amigos cuando la situación familiar cambió, yo ya estaba en secundaria y fue el momento en el que él trabajo de mamá comenzó. No quiero decir que todo haya Sido malo, después de todo tuve a Jack como mi amigo, pero por supuesto que habría cosas que desearía que hubieran Sido de otro modo. — Jackie, Buenos dias — dice Roger extendiendome su bandeja le sonrío — Buenos días Rog, aquí tienes tu desayuno — digo poniendo su porción en el plato — Parece que tú bebé pronto nacerá — dice con una sonrisa — Espero que me dejes conocerlo — dice y yo asiento . — ¡Claro que sí! — digo y él va a sentarse. Roger es un chico encantador, tiene 12 años, aunque aparenta más debido a que es bastante alto, es un chico bastante maduro, espero que sea un buen hombre cuando crezca. [...] — Jack, lo sé, es solo que si no ha acabado mi turno aún no puedo irme, pronto acabará — digo al cambiando mi ropa en la sala de descanso. Sí, con la premura del tiempo en el que se encuentra mi embarazo, es comprensible que Jack esté tanto o más preocupado que yo, pero lo que si puedo decir es que Jack puede parecer más la mamá que yo, en fin el caso es que sus nervios son contagiosos. — Jack, lo sé cálmate ¿vale? — le pido y termino de ponerme mi pantalón con cinturilla elástica y mi camisón de embarazada, el cual de hecho es muy lindo. Supongo que estos son los pequeños placeres de las embarazadas, ser el centro de atención, presumir a su bebé en camino y vivir de un nuevo modo, después de todo a partir de estos momentos sabes que ya la vida no solo es tuya sino del ser con quién la compartes. Hablando de ello, parece que emi embarazo me ha hecho mucho más sensitiva y racional para todo, supongo que es algo bueno, sonrío y salgo de la sala de descanso. P.O.V Omnipresente Cuando Jackie sale de la escuela, el hombre quien era en parte responsable del bebé que lleva en su vientre entra, como si el destino les hiciera una jugarreta maliciosa ninguno de los dos logra ver al otro. Regreso a Jackie Cuando me bajo del autobús enfrente del restaurante y mi departamento, Jack está caminando de un lado a otro, sonrío negando sin poder creer su ansiedad. — Jack, estoy en casa — digo dejando mi bolso en uno de los sofás de la sala de recepción de su restaurante — Jackie Dios mío, casi me matas de un susto, ¿está todo bien? ¿te duele algo? — pregunta haciendo que me eche a reír — Jack por Dios, estoy bien, la verdad es que si no fuera porque yo tengo la pancita y fui quien sufrió las náuseas matutinas diría que tú eres la mamá de este bebé — digo y él juega avergonzado — Creo que tienes razón — dice pero una vez dice eso siento orinarme, comienzo a reír nerviosamente — Jack, creo que a llegado la hora — digo comenzando a sentir una terrible contracción en la zona baja de mi cadera . Jack solo puede mirar al suelo y me ayuda a sentarme — Jack, ve arriba, en la segu da habitación está la pañalera y la bolsa con mis cosas, yo no podré lograrlo — digo mientras aprieto mis ojos ante el dolor. «Uff, esto duele, ahora entiendo por qué tantas atenciones» pienso tomando aire profundamente y tomando mi teléfono marco el número de Hannah. — Hola Jackie ¿pasa algo? — pregunta tomo aire y lo expulsó como había leído — Hannah, el bebé ya viene — digo —¿Qué? es ¿real? — pregunta haciendo que yo ruede mis ojos. — Oh Hannah, pagarás por esto, si, es real, estoy en el restaurante, esperando que Jack baje las cosas — digo Para decirles la verdad Hannah es hija de una familia adinerada, nos conocimos en la universidad, si, fui a una universidad privada con una beca, la cual mantuve hasta que me gradué, aún así, Hannah es una chica sencilla y no le importa que clase de persona seas, siempre y cuando seas sincero, eres su amigo, pero a veces es un poco ingenua. — Muy bien ya voy para allá — dice escucho algo de locura en el lado de su línea y luego cuelga. Los dolores se intensifican tanto, que de pronto siento que no lograre llegar al hospital, pero entonces Jack entra a la sala del restaurante con los dos bolsos y me ayuda a levantarme. Han pasado al rededor de 5 minutos, espero que al llegar al hospital, me pongan la epi, lo que sea y me ayuden con mi bebé, cierto no sé lo que es, pero tengo una sensación materna de que será un precioso niño. — Jackie, Hannah ya está aquí, ven déjame ayudarte — dice Jack tomándome del brazo. Hannah decidió que lo mejor era usar la van de su mamá y preparo los asientos traseros para que yo pudiera ir cómoda, desde luego le agradezco a mis amigos, pero en este momento el agradecimiento no me llega a los ojos, así que parezco más una versión yo pero sudorosa y palida. Una vez todos dentro del auto, Hannah suelta el embrague del auto y pisa con fuerza el acelerador, me siento como si el mundo me quisiera y a la vez no, algo quiere que cierre mis ojos y aguante el dolor mientras que otro lado me dice que no me duerma y que aguante, me río al pensar en una escena de rápidos y furiosos y en nuestro épico momento surcando las calles de esta ciudad, las avenidas y principales, y justo cuando pienso en ello, llegamos al hospital. Jack intercepta a una enfermera con una silla de ruedas y suplicante se la pide, la mujer le cede la silla y una vez es NUESTRA Jack y Hannah me pasean pro todos los pasillos del hospital gritando por ayuda. Ruedo mis ojos « Vaya par de amigos locos, pero son INCONDICIONALES» para ser honesta si Jack y Hannah fuesen honestos con ellos mismos harían una bella pareja, es cierto ambos se gustan, pero Hannah aún no ha podido romper por completo con el control que su padre tiene sobre ella. «Perdone señor Woodrow pero su hija ya es mayor debería dejarla tomar sus decisiones» pienso, en el amor y la guerra NADIE manda aunque todo el mundo crea que lo hace y es justamente eso lo que hace que al final nadie los controle, en fin, el caso es que esto de ser mamá, duele más que estar sentado en un retrete con clavos y brasas ardientes, es como si de pronto en lugar de caderas tuvieses unas tenazas que se abren y cierran. Todo pasa a mi alrededor hasta que Hannah y Jack se pelean por quien irá adentro conmigo, ya no aguanto más así que... — Jack, tu te desmayas con la sangre, Hannah tu vienes conmigo, Jack dale la cámara extra que trajiste — digo y él comienza a filmar — Jackie, ¿estas segura de esto? — pregunta Hannah tirando de la silla hacia la sala de obstetricia — Estoy segura Hannah, solo llévame, en realidad duele mucho pero esto es hermoso — digo con lágrimas — Estás loca pero bueno, tus deseos son órdenes — dice y “volamos” hasta la sala de obstetricia guiadas por una enfermera, allí, a Hannah le dan una bata, un gorro y guantes, al igual que cubrebocas y unos forros para sus zapatos, la cámara comienza a filmar, el momento en que me revisan, mi tipa es reemplazada por una bata larga y me ayudan a subir a una cama de maternidad, colocan mis piernas elevadas y un doctor se pone frente a mi v****a. «Oh, por Dios, NO, ¿ no podía ser una doctora?» pienso algo avergonzada Ahora de repente te da vergüenza, ¿hacerlo con un extraño no fue vergonzoso? «Bien, supongo que tienes razón, esto es por el bebé» pienso e ignoro todo lo demás. — Bien, Jackie aún te faltan dos centímetros de dilatación, pero ya casi estás allí — dice el doctor luego de una minuciosa inspección — Uff, ahm doctor ¿cómo cuanto tiempo será eso? — pregunto ya algo angustiada — Serán unos 5 minutos — dice con una sonrisa — ya casi estás allí Jackie, ¡ánimo! — añade y se levanta de la silla frente a mis partes íntimas, le da instrucciones a la enfermera y sale un momento. El sudor corre por mi rostro y el dolor se hace aún más intenso, creo que me partiré en dos, Hannah está igual o más desesperada que yo, pone la cámara en mi rostro y pregunta vez tras vez si estoy bien. Finalmente me doy cuenta que he estado apretando la cama de maternidad con tanta fuerza que mis dedos quedan marcados en ella. El doctor regresa cuando han pasado exactamente 5 minutos, toma su asiento nuevamente justo frente a mi entrepierna y sonríe. — Bien, la dilatación es perfecta, considerando que son gemelos — dice el médico y con un pulgar en alto dos enfermeras comienzan a asistirlo. Miro a Hannah buscando su ayuda una vez el doctor dice esas palabras, que yo sepa solo estaba esperando un bebé y ahora de repente eran dos, mi amiga me mira igual de extrañada y se encoge de hombros emocionada. «¿Con que clase de hombre me había acostado por primera vez, no solo me deja embarazada a la primera sino que con ¿dos??» pienso contrariada y algo angustiada, si, me había preparado para ser mamá, pero dos eran multitud, aaah y ¿ahora qué? — Bien, señora Grant, está usted lista, cuando cuente tres va a tomar aire con fuerza y pujara ¿entendido? — pregunta el doctor buscando si comprendí Asiento incapaz de producir sonido alguno, ya no se cuentas horas han pasado desde que rompí fuente en el restaurante de Jack, pero solo sé que este día no puede sorprenderme más.
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