My Charming Boss

Capítulo 10

Los dos días habían pasado demasiado pronto y hoy me encuentro arreglándome con ropas más elegantes y sofisticadas para mí nuevo trabajo, los chicos me observan algo preocupados, aunque ya les he dicho todo sobre mi nuevo trabajo aún no están lo suficientemente confiados como para estar tan lejos de mi.

Hannah, Martha, Rachelle y algunas de mis amigas o más bien conocidas habían decidido hacerme una fiesta sorpresa en el restaurante de Jack la noche anterior, habíamos pasado un buen rato y luego poco a poco comenzaron a irse y algunas se quedaron a dormir en los sofás del restaurante.

Kyan y Kayne me observan asombrados luego de un rato.

— Wow mamá — dicen

— ¿Que pasa chicos? — pregunto

— Te ves linda — dicen y yo sonrío

— Como siempre — digo y les doy un guiño

Los dos se echan a reír, pronto el autobús está aquí, bajamos las escaleras y les empacó sus loncheras, les doy un beso a ambos y los despido al verlos subir en el autobús.

En este sentido mi vida iba a dar un gran giro, tan grande que iba a terminar siendo de 360 pues me llevaría exactamente al lugar del que tanto tiempo había estado intentando huir.

Pero como dicen los mayores “A mal tiempo, buena cara” después de todo es mi responsabilidad pues fui yo quién decidió hacer las cosas del modo difícil, si, estaba aterrada, pero pudo más mi temor que la idea de enfrentarlo todo con valor y madurez, Después De Todo Los Temores Suelen Ser Los Peores Enemigos De La Felicidad.

[...]

Finalmente, Me Encuentro De Pie Frente A La Imponente Construcción Del edificio Del Grupo Knox, Está Estructura Acristalada De Unos 130 Pisos De Altura, Me Siento Infima Y Nerviosa, Pero Tomando El Valor Qué Tanto Tengo Atravieso La Puerta Giratoria De Cristal Y Respiro El Aire De aún Nuevo Lugar De Empleo.

Me Dirijo A La Recepción, En Busca De Indicaciones Para Mi Lugar De Destino Dentro De Todas Las Dependencias Del Edificio.

— Buenos Días, Soy Jackie Grant, La Nueva Nutricionista Del CEO Knox, ¿Podría Decirme A Que Lugar Debo Presentarme? — Pregunto

— Claro, Bienvenida Jackie, Soy Eve, Para Llegar Al La Oficina Del CEO, Debes Tomar El Elevador Hasta El Último Piso, Doblas A La Derecha Una Vez Se Abra El Elevador, Y La Primera Puerta Que Veas, Ese Es El Lugar — Dice Y Yo Asiento Con Una Sonrisa.

— Muchas Gracias Eve, Ten Un Buen Día — Digo Y Dando Media Vuelta Me Dirijo Al Elevador, Está Edificación Es Famosa Por Tener Una Inmensa Azotea Con Ambientes Naturales Para El Descanso De Los Empleados, Por Lo Que Contando La Existencia De Esas Zona, El edificio Terminaba teniendo 131 Pisos.

En Fin, El Caso Es Que Me Había Decidido A Conocer Al Máximo, Mi Nuevo Sitio De Trabajo, Leí He Investigue Para No Llegar Sin NADA En Mente, Subo Al Elevador Y Marco El Piso Asignado, Los Nervios Se Apoderan De Mi, A Cada Piso Que Avanzo, Pero Trato D Mantener La Compostura, Me Doy Valor Y Vuelvo A Fijarme En El Tablero Contador De Pisos... 83...85...90, En Definitiva, Este Iba A ser Un Largo Día.

El Ding Del Elevador, Me Alerta De La Llegada Al Piso AL Cual Se Me Ha Asignado, El Piso Es Marmolado Como En Todos Los Demás, Hay Cristales que Dejan Ver espacios Verdes En Los Pasillos, Pinturas Que Muestran El Nacimiento, Desarrollo Y Crecimiento De La Compañia Y Al mismo Tiempo Las Ocasiones En Las Que Por Poco El Grupo LLegó A Perder Toda Su Credibilidad.

"Vaya, Que Increible" Pienso Mientras Sujeto Mi Maleta Con Fuerza Y Me Detengo Frente A una Puerta.

Doy Un Par De Golpes Y Entonces.

—Pase, No Está Cerrado — Abro La Puerta Y Veo A Un Hombre De Pie Frente A Una Inmensa Biblioteca, Está Dandome La Espalda, Así que No Logro Ver Su Rostro.

—Buenos Días Señor Knox, Mi Nombre Es Jackie, Jackie Grant, A Partir De Hoy, Me Encargaré De Su Alimentación — Las Palabras Abandonan Mis labios Y Mi Jefe Se Gira Hacia mi Y Parece que El Momento está Todo Diseñado A Cámara Lenta Pues Cuando Su Rostro Es Finalmente Visible Para Mí, Un Nudo en Mi Estomágo Hace Que Trage En Seco El Otro Nudo Que Lleva Mi Garganta.

Intento Darme Media Vuelta Y Salir De La Oficina Pero Tan Pronto Estoy Abriendo La Puerta, Esta Se Cierra De Golpe Cuando Mi Jefe Apoya Su Mano sobre Ella.

—¿Tiene Algún Problema Conmigo Señorita Grant? — Pregunta, Así que Me Giro Con Cuidado Quedando Nuevamente Frente A Él, Lo Primero Que Llama Mi Atención, Son Los Dos Lunares Que Antes No Noté, Uno Bajo Su Ojo Derecho Y Otro Justo Sobre La Comisura De Sus labios

"Si, tengo Un Problema contigo, Que Eres El Padre De Mis Hijos, Pero NO Lo Sabes" Pienso Suspirando, Mientras Sujeto Con Fuerza La Manija De Mi Maleta.

—Ningun Problema Señor, Sólo Que Debe usted Estar Ocupado, Regresaré A Mi Oficina, Le veré En la Hora Del Almuerzo, Pero Antes, Aqui Está Su Desayuno — Digo Enseñandole La maleta Que Llevo En Mis manos.

—Yo NUNCA Desayuno, Además Usted No Trabaja Para Mi, Sino Para Mi Padre —

—Señor, Si Me Disculpa Soy La Encargada De Su salud, Así Que Lo Quiera O No, No Dejaré Que Se Quede Sin Desayunar, El Desayuno Es La Comida Más Importante Del Día Y De Ello Depende Como Marche El Resto De Su Jornada, Así Que Por Favor Tome Asiento — Digo.

—Muy Bien Señorita Dietista, Haré Lo Que me Pida Con Un Par De Condiciones, 1. Que No Me Diga Señor y 2. Que Me Digas ¿Por Qué Escapaste Después De Aquella Noche? Pensé Que habíamos Compartido Algo Especial Juntos, No Pude Evitar Sentirme Usado ¿Acaso Hice Algo Mal? — Pregunta Pasandose Una mano Por Su Sedoso Y Brillante cabello Oscuro.

Niego Con Mi Cabeza —No, Usted No Hizo nada malo, Fuí Yo, Bueno, Fue Mi Primera Vez Y No Podía Evitar Pensar Que Tal Vez En La Mañana La magia Desaparecería Y Que Se Sentiria Asqueado — Entonces Se Sienta En Un Sofa Y Me Señala La Mesa de Centro De Madera fina, Abro la maleta Y Comienzo A Servirle La Comida.

—Fue Mi Primera Vez Haciendolo Con Una extraña En Mi Auto En La playa, Y Cuando Descubrí Que Era Tu primera Vez, EnSerio, Me Contuve Lo mejor Que Pude Y A La mañana Siguiente Cuando Desperté Ya No Estabas, No Pude Más Que Pensar Que había Hecho Algo Malo Y Que había Terminado Por Aprovecharme De Ti — Mi Jefe Sonríe Con Una Sombra De Arrepentimiento Y Pesar Nublandole El rostro.

No puedo evitar sentirme culpable al ver la expresión confundida en su rostro mientras suspiro.