Al llegar a la clase de cálculos, tomo asiento en la fila izquierda donde se encuentra la ventana, un rato después llega Brinna y se sienta a mi lado y comenzamos a hablar de lo sucedido en la cafetería, no mencionó nada de que el sweater es de uno de los chicos nuevos. Vemos a todos observar la puerta por lo que también lo hacemos y entran el chico que chocó conmigo y me dió su Sweater y otro junto a él, el mismo que no tenía ninguna expresión en su rostro como si nada estuviera pasando y ellos ahora no fueran la sensación de la Universidad, ambos caminan hasta la última fila de en medió, nadie se pierde detalle de sus movimientos y ruedo los ojos, por lo idiota que llegan hacer en el salón y claro lo que faltaba la entrada triunfal de Regina una morena de cabello castaño ondulado con curvas muy marcadas( cirugía claro está), y su típica ropa de marca como si no viniera a clases si no a una pasarela de moda ha y no puede faltar sus dos mascoticas, Sthefy y Martina, son las típicas chicas que se creen la última coca cola del mundo y que todos los chicos desean.
Las tres han enfocado su vista en los chicos nuevos, ay no esto será de fastidio, me faltó decir que Regina tiene complejo de Reina que donde pone el ojo ya es de ella, y por lo que he visto no clavo la mirada en August el chico de la cafetería si no en el otro que parece más entretenido con su teléfono ha lo que pasa en el salón.
Llega hasta su puesto y se inclina un poco sobre la mesa dejando ver un poco de su escote — ruedo la vista — me acomodo en mi puesto, sin prestar atención a nada más, a fin de cuentas no me interesa lo que hagan. El profesor de cálculo entra dando órdenes, suspiro sera una mañana difícil, este profesor es el más odiado de todos por ser un tirano, tienes que estar preparado cuando entre al salón porque llega dando la clase de una vez.
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Al llegar a mi casa, me encuentro con que hay unas personas mudandose al lado de mi casa, me parece un poco extraño ya que esa casa lleva meses abandonada incluso estaba muy deteriorada, y ahora reluce como si la volvieron a construir, y yo ni enterada, hay un camión bajando cosas, y me da un poco de intriga, camino hasta mi habitación y dejo mi mochila en alguna parte del suelo, abro la ventana y me siento en esta observando a las personas ir y venir, una señora muy bien vestida me llama la atención está junto a unos chicos a los cuales no le puedo ver la cara porque está despaldas a mí, pero uno de ellos me parece conocido y no se de dónde, no se quizás no sea nada y yo ya estoy armando una película.
Mi teléfono suena y me levanto a sacarlo de la mochila es Brinna, le contesto para regresar a la ventana pero realmente no le estoy poniendo cuidado a lo que habla, si no al chico que ahora está de frente a mi.
Esto debe ser una broma — Pienso para mí.
Son los chicos nuevos, y tal parece que serán los que van a vivir en esa casa, el chico sin expresión parece notar mi mirada, porque deja de prestar atención a lo que dice su madre y levanta la mirada hacia mí, al momento quedó sorprendida y aún más perdida en su mirada que con él otro chico, sus ojos son impresionantes, parpadeó un par de veces saliendo de mi ensoñanza cuando creo ver un astibo de sonrisa en su cara pero desaparece al segundo, decido quitarme de la ventana y tirarme a mi cama, dándole mi antención a la conversación.
— A qué no sabes quién se acaba de mudar en la casa abandonada — la interrumpo.
— A ver iluminame — habla emocionada.
— Los chicos nuevos de la universidad — Suelto.
—AHAHAHA — grita con emoción, por lo que tengo que separar el teléfono de mi oido.—No sabes cuánto te envidio perra — Rio divertida.
— No me parece nada emocionante dado que Regina puso los ojos en uno en particular — Digo haciendo referencia en el chico.
— Que le den por culo a Regina, cariño — Dice restando importancia — además el chico este de cara sería, tu no te distes cuenta pero no dejaba de mirarte en clases de cálculo — niego sonriendo.
A veces Brinna era incluso peor que yo, armaba hasta series en su cabeza que incluso Netflix quedaría en bancarrota. Decido cambiar el tema antes de que se ponga muy intensa y hablamos de nuestras vacaciones, y así pasamos la tarde hasta que el timbre de la puerta suena insistente, al parecer aún no hay nadie en casa. Me levanto dejando el teléfono en la mesita de noche y bajo trotando las escaleras hasta la puerta.
Miro a la persona que se encuentra al otro lado de la puerta y me sorprendo aún más y comienzo a ponerme un poco nerviosa.
— He... Hola — Llevo un mechón de cabello a mi oreja — se te ofrece algo — cuestiono.
— Si, creo que me puedes ayudar — me observa de arriba a bajo, y su voz j***r es ronca y profunda — pero por ahora solo venía a conocer a mi nueva vecina — se que se está burlando, pero no puedo confirmarlo si en su perfecto rostro no hay ni una sola emoción.
— pues ya me vistes— cruzo mis brazos — Adiós — intento cerrar la puerta pero coloca una mano.
— Una última cosa — Sonríe — Te queda mejor que a mí — confundida lo miro, por lo que señala el Sweater.
Sin decir algo más se da media vuelta comenzando a salir fuera del jardín de mi casa con la manos en los bolsillos de su pantalón, salgo y lo veo llegar hasta la puerta de su casa donde me da una última mirada que me causa escalofríos y se adentra en ella.
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Que tal chicas?
Disfruten esta nueva historia los amo
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