La misma noche San Francisco Elizabeth Me he caído en picada dándome contra el suelo por tener el corazón roto, porque estoy destruida por dentro por la promesa de Edward, lamentando que se haya marchado, la verdad es que me siento idiota por estar así por un hombre, me desconozco porque nunca me había sentido tan vulnerable, tan lastimada, tan dolida, sin ganas de seguir adelante, pero aquí estoy queriendo aprender la lección que me dado la vida. A pesar del caos emocional en el que estoy sumergida, me limpio las lágrimas cómo puedo y levanto la barbilla sin nada de qué avergonzarme hasta que me saca de mi mundo la voz de reclamo de mi padre. –¡Elizabeth! ¿Cómo has podido dar semejante espectáculo? –me dice a los gritos. –El imbécil de Homero se merecía eso y mucho más por comparars

