Mi dulce cobardía

4- Solo con su ayuda

– Demián, necesito que te tranquilices, estás raro y me estás asustando — miro a Cali, tratando de mantenerme calmado.

Definitivamente este estúpido, solo se ha mantenido lejos de todo y por eso la perdió.

No, no la perdí, jamás perdería a Penny, yo no pienso permitir que me afecte así, que ese mínimo detalle como el hecho de que tiene una hija con ese estúpido cara de nada, me detenga.

— Cali, tienes que ayudarme – la miro suplicante.

— Cal, amor, papá se llevará a Milo y... — llega Dante pero lo interrumpo.

— Cali, necesito que me ayudes, ¡Por favor!

— Demi... estás raro, ¿No quieres que llame a Mónica?

— Le terminé, no tenía sentido, yo amo a Penny, no estaré con ella cuando no la amo y nunca la amé — mi hermana me ve desconcertada y mira a Dante como buscando ayuda.

— Creo que no estás sintiéndote muy bien y...

– Vamos, Cali, tú eres su mejor amiga, solo... ayúdame a entender algunas cosas, ¡Por favor! Eres la única que puede ayudarme — suplico, algo que yo no haría jamás.

— No sé en qué podría ayudarte, Demián..

— ¡Vamos, Cali! Necesito respuestas, ayúdame — mi hermana puede ser fiel a Penny, pero soy su único hermano y ella tiene una fidelidad especial conmigo.

— Vayamos a la casa y hablan tranquilos Cal, aprovechemos que Milo estará con papá — Dante actúa muy tranquilo.

— De acuerdo, pero Demián quiero que sepas que no importa lo que digas, yo estoy del lado de mi amiga, porque luego de lo que tú...

— Cal, amor, mejor hablen en la casa, aquí no es el lugar correcto. — Ellos comienzan a caminar hacia su auto y los sigo porque no sé dónde vivirán ellos.

— ¿Dejarás tu motocicleta? – pregunta Cali y me había olvidado de ella.

– Oh, cierto, es que...— ¿Cómo hago para no sonar loco? — Los seguiré con la moto — solo digo eso para que no suene raro.

Pero creo que tendré que decirle que he tenido problemas con la memoria y que me desperté con una sola cosa segura en mi vida, que amo a Penny.

Supongo que sonará convincente y no tan loco ¿No?

¡La puta madre, me van a mandar al loquero!

Pero si no descubro qué pasa o qué pasó, yo no podré convencer a mi bonita. ¡Cómo odio que esté con el estúpido pan triste!

De verdad que solo tengo ganas de saber en dónde se quedan e ir y romperle la cara para recuperar a mi mujer.

¡Vamos! Todos sabemos que ella fue mía desde siempre.

¡Vamos, cálmate!

Viajo hasta la casa de Cali y Dante, es la misma casa que yo conozco.

Las miradas de ambos sobre mí se ven curiosas, ya veo que todos se espantan de que muestre emociones, sentimientos y que tengo un puto corazón.

— No sé por qué todos me miran así — Reclamo llegando a ellos.

— Porque algo extraño sucede, no pareces tú y...

– Pero soy yo, al fin, yo he salido de mi estupidez y solo necesito tu apoyo — Dante entra a la casa y Cali me invita a hacerlo tras ella.

Y aquí voy, dejando toda mi dignidad, pero ¿¡Qué es la dignidad cuando se trata de mi bonita!?

Solo necesito un poco de información y sin pensarlo buscaré la forma de ir por ella y convencerla de que no miento, castigarla por dejar que ese imbécil la toque y por comprometerse con él.

Cómo voy a castigarte bonita.

La casa se ve igual que en mi realidad, solo que esto ellos lo tenían un tiempo después.

— Siéntate, Demián, haré café y bueno, te escucharé — Cali prende la cafetera y me observa.

— ¿Qué pensabas haciéndole esto a Penny? Ella está con Josh, tú...

— Yo... solo fui impulsivo.

— ¿Tú, impulsivo? Pensé que eso era para los que tenían emociones.

— Las tengo Cali, sí que las tengo, puedes ver en mis ojos cómo me siento — Me mira seria y suspira.

— Ella es feliz, al fin es feliz, desde que se comprometió con Josh su vida empieza a ir mejor, intenta vivir y tú no tienes derecho de llegar a hacerle esto —frunzo el ceño.

— Yo solo... yo no quiero perderla, no la perderé, no lo haré, Cali. Ella es mi vida, es la mujer que amo y amé desde siempre.

— ¡Vamos, Demián! No soy tonta, yo sé todo y deja que Penny sea feliz junto a su familia.

— ¿Es de él? ¿A quién se parece? ¿Tiene sus ojos? Dime cómo es esa niña, Cali. ¡Dime que no se parece a él, solo a ella! Dime cuántos años tiene, por favor ¿Dime que pasó? Porque no sé nada — se ve confusa.

— Demián...

— Solo dímelo. — Suspira.

— Tiene tres años, es lista, hermosa, con mucha personalidad y ella también es feliz, no hagas que deje de serlo haciendo tonterías, no mereces que Penny siquiera te hable. — ¿Tres años? En tres años no se casó con Josh pero se embarazó de él casi al instante que se fue a Francia.

No, no tiene ningún sentido, Penny no hubiera estado con él tan rápido, no importa lo desgraciado que yo haya sido, ella hubiera tenido su duelo igual.

¡Esperen!

Soy tan idiota, ¡Oh, Dios! Es obvio, ella no tendría a otro bebé que no sea mío y eso es en todas las realidades.

¿Es posible que ella no haya perdido el primer embarazo?

— ¿Cómo se llama? — escupo sin pensar de forma impulsiva.

— Listo, te he dicho mucho.

— ¿Ella no perdió el primer bebé? ¿Es eso? Ella se fue a Francia embarazada, esa niña no es de él ¿Cierto?

— No pero si a ti ¿Te pegaron en la cabeza que estás tan imbécil?

— Sí, muy fuerte me pegaron, no recuerdo nada, solo sé que me desperté y lo único en lo que pienso es lo mucho que la amo, que no puedo vivir sin ella y que no pienso permitir que ese Francés imbécil se quede con mi mujer y mi hija, porque es obvio, esa niña es mi hija. — escupo conmocionado sin miedo alguno.

— No puedes afirmar eso, Siena no es t...

— ¿Siena? — oh Dios ¿Qué onda? ¡Esto está bien raro!— Sí, ella es mi hija, no tengo ninguna duda de eso — Cali me mira llena de preocupacion.

— Deja de decir tonterías, Demian, además...

– Tú me lo has confirmado, es mía, estoy seguro que te dice tía ¿No? — mi hermana se pone pálida y comienzo a reír.

Esto es perfecto, ella tuvo a Sienita antes de tiempo, es raro, pero ya descubriré lo que sucede.

— Yo no te he dicho nada, no puedes decir eso, ni se te ocurra decirle a Penny...

— No le diré que tú me dijiste si me explicas todo ¿Qué opinas? ¡Vamos! Mírame, sé que puedes ver lo idiota que estoy y que no miento cuando digo que amo a Penélope, la amo con mi vida y si en el pasado fui un maldito, fue por pura cobardía, no tengo dudas, pero explícame, Cali, explícame qué hice, que pasó y cómo es posible que mi niña hermosa no haya tenido a su papá tres años — Solo me mira con lamento y su mirada al sillón donde está Dante, fingiendo no escuchar nuestra conversación.

— Opinión profesional, no miente, pero tú decides, Cal — miro con ruego a mi hermana, es la única que puede sacarme de esta tortura, lo sé.

— De acuerdo te contaré, Demian.