Capítulo 5

1293 Palabras

5 Julian En cuanto entramos en el dormitorio, Nora se disculpa y va a refrescarse. Entra en el cuarto de baño mientras yo me desvisto, disfrutando de la liberación que supone no tener ningún brazo escayolado. Todavía me duele el hombro izquierdo cuando hago ejercicio, pero estoy recuperando la fuerza y la amplitud de mis movimientos. Ni siquiera la pérdida del ojo me incomoda demasiado; los dolores de cabeza y los efectos de la vista cansada están remitiendo día tras día y he aprendido a compensar el ángulo muerto de visión hacia la izquierda girando la cabeza con mayor frecuencia. En resumidas cuentas, casi he vuelto a la normalidad, pero no puedo decir lo mismo de Nora. Cada vez que sus gritos me despiertan o empieza a hiperventilar de forma súbita, me inunda el pecho una mezcla tóx

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