Desde su niñez, Jade había sentido una envidia corrosiva hacia su hermana Jennifer. Por lo tanto, aquella pelirroja algo desequilibrada había dedicado mucho tiempo a estudiar cada faceta de la vida de Jennifer. Conocía a detalle todos sus gustos, para manipularla. No podía soportar ver a Jennifer disfrutar del éxito y la felicidad que ella tanto anhelaba. Dispuesta a evitar a toda costa que su hermana triunfara, Jade vigilaba de cerca cada paso que Jennifer daba. Estaba decidida a utilizar cualquier información en su contra, convirtiéndose en una maestra de la manipulación y el sabotaje en las sombras. Entonces, ella limpiándose las lágrimas de frustración, se levantó de la cama de Jennifer con una sonrisa maliciosa en sus labios: ―¡Debo averiguar con quien esta! ¡Iré a todos los sitio

