Los labios de Stavros se movían con pasión y lujuria, queriéndose comer la pequeña boca de Jennifer liberando sus más profundos deseos con intensidad. Al mismo tiempo, sus dedos expertos se movían dentro de ella, provocando gemidos cada vez más intensos en medio de aquel beso apasionado. ― ¡Mmmm…ah! ―gemía ella. Stavros podía sentir que el momento era el adecuado; Jennifer estaba excepcionalmente húmeda, lista para lo que estaba por venir. Sentía una creciente necesidad de liberar su erección, que pugnaba por salir de su ropa interior y pantalones deportivos. «Ya es hora, está bien lubricada» «Ahh que divino se siente, sí que sabe tocar» ―decía Jenny en medio de un trance. Por su parte, Jennifer, envuelta en aquel trance de placer, encontraba las caricias de Stavros absolutamente div

