―¡Oh, hermanita! ¿Qué-qué rayos estás haciendo aquí?―exclamó Jade al bajar apresuradamente las elegantes escaleras de la mansión, su voz llenándose de sorpresa y un atisbo de temor. ―¡Íbamos camino al hospital para visitarte! Archie, siguiendo los pasos de Jade con cautela, descendió rápidamente, con sus ojos reflejando preocupación y culpa, pues no quería que Jennifer descubriera su infidelidad. ―Sí, cariño... Dejamos la oficina para… venir aquí y buscar algunas de tus pertenencias y llevarlas al hospital. A medida que los dos se acercaban, Jennifer apretó su mandíbula con enojo, y su mente se inundaba de pensamientos furiosos. «Así que solo iban a recoger algunas cosas, ¿eh? ¡Estoy segura de que estaban revolcándose en mi propia cama, par de asquerosos!» Una vez que aquella pareja

