Mi mundo se detuvo en ese momento. Como si el suelo hubiese sido derrumbado debajo de mí, como si no pudiera mantenerme en mis pies. Pero no, no podía caer ahora, tenía que mantener la fuerza y pedirle a mi madre una explicación. Mi niño no podía estar desaparecido, Kaden era la razón de mi vida, por quien luchaba constantemente, la razón de que me mantuviera cuerda y tratara de no ser como mi madre. —Explícate mamá —ordené, obligándome a mí misma a tranquilizarme. — Dime qué demonios ocurrió. —Me levanté y Kaden no estaba, yo pensé que habías vuelto por él, lo busqué por toda la casa, pero no lo encuentro en ningún lugar. Mi pulso se aceleró aún más. Su rostro estaba pálido también, ya no se veía drogada y mucho menos borracha. En cambio, su cabello estaba despeinado, como si hubiese

