Capítulo Nueve Wolf despertó a Rigger a la mañana siguiente, listo para salir de paseo. El cachorro estaba finalmente domesticado, y Rigger no quería que el perro volviera a su viejo hábito de hacer pequeños charcos en el suelo. Se vistió en silencio y fue a la cocina, con Wolf pisándole los talones. Empezó a preparar una cafetera, suficiente para dos. Estaría listo cuando volvieran a entrar, entonces quizás él y Katrina podrían tener una pequeña charla. El sol aún no había salido, pero las nubes oscuras mostraban manchas grises. La nieve seguía cayendo, y se habían acumulado más de doce pulgadas. El viento había desaparecido, dejando enormes corrientes en cada farola y cubo de basura. "Debe haber nevado toda la noche", le susurró Rigger al perro mientras cerraba la puerta principal del

